Mientras nuestros hijos vean la lectura como una obligación o una actividad académica, no adoptarán el gusto por los libros
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Todos conocemos los beneficios que otorga la lectura a nuestros hijos, y todos queremos que nuestros hijos sean grandes lectores (incluso si nosotros no lo somos). Sin embargo, muchas veces gracias a la cantidad de estímulos externos y a las constantes actividades, encontramos muchos obstáculos para que nuestros hijos desarrollen un verdadero gusto por la lectura. Aquí dejamos varios tips para fomentar la lectura en nuestro hogar:
- Es cuestión de gustos: mientras nuestros hijos vean la lectura como una obligación o una actividad académica, no adoptarán el gusto por los libros. Hay que saber explorar géneros, autores, temas para que ellos encuentren lo que de verdad les apasiona: pueden ser comics, libros de historia, crónicas deportivas o cuentos de ciencia ficción. La única manera de descubrirlo es explorando, llevándolos a librerías o bibliotecas a que prueben distintos géneros. Lo que es seguro es que, si un niño encuentra su pasión en un libro, es muy difícil luego separarlo de ello.
- Propiciemos espacios para la lectura: la lectura necesita su espacio y su silencio. Si nuestra casa siempre tiene ruido, televisores prendidos y los celulares siempre están activos, es posible que nadie pueda concentrarse para poder leer un rato. Puede ser un rato antes de dormir, o en cualquier otro momento, pero es importante que podamos crear un espacio en el que reine la calma y el silencio para favorecer la concentración que necesita y merece una buena lectura.
- Leamos con nuestros hijos: el leer con los hijos es una actividad que fortalece los lazos afectivos, desarrolla su imaginación y favorece el vocabulario, pronunciación y entonación de nuestro idioma. Con los más pequeños se puede leer en voz alta, y con los más grandecitos podemos hacer un “club de lectura” en el que leamos el mismo libro y luego podamos discutir los aspectos más interesantes.
- Vivamos la literatura en casa: hay miles de maneras de ponerse creativos y mostrar a nuestros hijos que la literatura va más allá de un libro. Podemos llevarlos a ver alguna obra de teatro luego de haber leído el libro, o ver una película basada en un libro y observar las diferencias. Podemos incluso hacer comidas en casa alusivas a algún libro favorito de la familia, o jugar con los más pequeños a actuar los diálogos de sus cuentos favoritos. Si nuestros hijos descubren el mundo de creatividad e imaginación que hay detrás de un libro, es más fácil que se enamoren de la lectura.
No importa si nosotros leemos mucho o poco, es vital darle la oportunidad a nuestros hijos de descubrir el maravilloso mundo de la literatura, que se enamoren de ella y que puedan leer libros por gusto más que por obligación.