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¿Es necesario consumir alimentos funcionales o enriquecidos artificialmente?

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María Eugenia Brun - publicado el 25/06/17
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Una tendencia al alza: cada vez más perdonas buscan prevenir enfermedades a través de la alimentación

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Actualmente a nivel mundial se observa una tendencia en los consumidores al elegir alimentos que aporten algún beneficio para su salud y prolonguen la vida. Hay una mayor conciencia del cuidado de la salud y buscan prevenir las enfermedades a través de la alimentación y el estilo de vida.

Por esta razón es que las industrias investigan cada vez más distintas maneras de obtener beneficios con el consumo de alimentos. Pero esto no es algo nuevo ya que en el año 1980 Japón fue el primero en desarrollar los primeros alimentos funcionales con el fin de garantizar una mejor calidad de vida en las personas de edad avanzada.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente no existe a nivel mundial un consenso para definir a los alimentos funcionales, pero sí a sus funciones: “un alimento puede ser funcional si demuestra científicamente que posee efectos beneficiosos para la salud en una o más funciones del organismo, mas allá de sus funciones habituales, de modo tal que mejore el estado general de salud o reduzca el riesgo de enfermar o ambas cosas”.

Tipos de alimentos funcionales:

En algunos casos se trata de alimentos tradicionales con aspectos funcionales y otras veces son alimentos nuevos diseñados para que tengan propiedades funcionales.

Pueden ser alimentos y bebidas:

  • Naturales como las frutas, vegetales, cereales, frutos secos, lácteos que ya contienen vitaminas y minerales.
  • Que se le añadió un componente como puede ser omega 3 o fibra.
  • Que se le eliminó algún componente como lácteos descremados, alimentos reducidos en sodio o sin azúcar, o sin lactosa,
  • Que se varió algún componente como, por ejemplo, la leche con fitoesteroles.

Variedad de estos alimentos en el mercado:

Adicionados con fitoesteroles (son sustancias químicas parecidas al colesterol que se encuentran en vegetales), son usados con el fin de reducir los valores de colesterol plasmático y disminuir el riesgo cardiovascular. Se pueden encontrar en productos lácteos como leches con omega 3, descremadas, yogures integrales o con omega 3 y en quesos magros, cereales integrales, panes con omega 3 y galletas.

Adicionados con fibra dietética, su fin es mejorar el tránsito intestinal. Es útil en casos de patologías como estreñimiento, síndrome de colon irritable, hemorroides, diverticulosis, hipercolesterolemia, diabetes, entre otras. Los principales productos que la contienen son los yogures con frutas o integrales o con probióticos (con lactobacilos y bifidobaterias que son microrganismos vivos que ayudan a mejorar el tránsito intestinal, entre otras cosas) y leches enriquecidas con fibra.

Adicionados con vitaminas y minerales, se buscan beneficios sobre el sistema inmune ya sea previniendo enfermedades como anemias, la desmineralización de los huesos o también ayudando en la formación de anticuerpos. Se encuentran en leches fortificadas con hierro y calcio, yogures con vitaminas antioxidantes (por ejemplo, vitaminas C y E), postres lácteos ricos en calcio y hierro, jugos con vitamina C, entre otros.

Reducidos en sodio, grasas, azúcar, el fin es ayudar a reducir los valores altos en patologías como hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, entre otros. Se pueden encontrar en panes y galletas sin sodio, salsas de tomate, yogures sin azúcar o bajo en grasas, quesos sin sal y bajo en grasas, margarinas, entre muchos más.

¿Es necesario incorporar en nuestra alimentación estos alimentos enriquecidos? En algunos casos sí, en la infancia y en la adolescencia es donde principalmente los requerimientos de nutrientes se encuentran aumentados. Por lo tanto, en estas etapas de la vida estos alimentos pueden contribuir a lograr un adecuado crecimiento y desarrollo. Lo mismo sucede con los adultos mayores donde el apetito a veces se encuentra disminuido y no se llega a cubrir las recomendaciones de nutrientes esenciales o también ayudar a mejorar su estado de salud.

Los alimentos funcionales también pueden ser útiles para prevenir o tratar el sobrepeso y la obesidad por ejemplo con alimentos reducidos en azucares, en grasas o en sodio.

Algo muy importante a tener en cuenta es que, los alimentos funcionales no pueden sustituir a ningún alimento natural, sino que deben ser usados como un buen complemento de una dieta variada y equilibrada, además de complementarlos realizando algún tipo de actividad física.

 

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