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Knock, el santuario nacional de Irlanda, en el condado de Mayo, recibe cada año a un millón y medio de peregrinos, atraídos por la aparición ocurrida el 21 de agosto de 1897.
La Iglesia católica ha reconocido que 15 personas vieron allí ese día envueltos en una brillante luz a la Virgen María, a san José, al Cordero y a san Juan Evangelista.
Según los videntes, la aparición comenzó sobre las 8 de la noche en la parroquia de la aldea y duró unas dos horas.
La Virgen llevaba un largo vestido blanco abrochado en el cuello, sus manos y ojos se elevaban al cielo. En su cabeza tenía una corona brillante ajustada en su frente por una rosa. Una anciana, Brigid Trench, intentó besarle los pies.
Llovía y los videntes rezaban el rosario. A la derecha de la Virgen estaba san José vestido con una túnica blanca, con la cabeza inclinada y vuelta ligeramente hacia ella; a su izquierda san Juan Evangelista, vestido como obispo, con un libro en su mano izquierda y con la mano derecha levantada como si predicando. Sus vestidos también eran blancos.
La web Corazones.org explica que solo seis semanas después de la aparición, el arzobispo de Tuam, John MacHale estableció una comisión que examinó a los quince testigos y dictaminó que el testimonio de todos, tomados juntos, era confiable y satisfactorio.
En 1936 otra comisión lo ratificó. La Santa Sede también aprobó las apariciones.
Miles de enfermos empezaron a llegar desde entonces al Santuario de Knock. Los periódicos han informado de muchas curas extraordinarias ocurridas en el lugar. San Juan Pablo II visitó el santuario en 1979 y santa Teresa de Calcuta, en junio de 1993.
En la aparición de Knock no hubo palabras. En este caso el mensaje es la presencia.