Jose María Vegas, claretiano, lleva 21 años en Rusia y nos explica cómo son actualmente las relaciones entre católicos y ortodoxos
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Rusia es ortodoxa, pero son más de 250 las parroquias católicas diseminadas por el extenso territorio. A pesar de recelos y acusaciones de proselitismo, las relaciones entre ortodoxos y católicos mejoran. Con más de 20 años en el país, entrevistamos José María Vegas, cmf que nos explica por qué rusos ortodoxos sienten atracción por la liturgia y las costumbres de los católicos, a quienes tradicionalmente se ha asociado con liturgias en latín secas y austeras en comparación con su rica espiritualidad ortodoxa.
¿Cuál es la realidad católica en Rusia?
La Iglesia católica es y ha sido siempre una minoría religiosa. Es importante subrayar esto: no se trata de una realidad de nueva implantación, aprovechando la caída del comunismo. La iglesia católica siempre ha existido en Rusia, por medio de las minorías nacionales de tradición católica: polacos, lituanos, bielorrusos, ucranianos, alemanes…
Desde la caída del comunismo se ha reconstruido sin parar…
Tras la caída del comunismo, la primera labor ha sido buscar y reconstituir las estructuras católicas (parroquias, diócesis, seminario…) que existían antes de la revolución y que tras ella acabaron prácticamente arrasadas (con pequeñas excepciones); aunque grupos de creyentes dispersos por ese inmenso territorio mantuvieron la fe contra viento y marea.
Hoy día, la realidad católica sigue en buena medida ligada a esas minorías nacionales, aunque es también verdad que un porcentaje muy significativo de los actuales católicos son rusos que no pertenecen a esas minorías, y que han elegido libremente la fe católica.
Se trata, por tanto, de una minoría, por número relativamente poco significativa, aunque con una presencia notable, por medio de sus más de 250 parroquias, 4 diócesis (dos en la parte europea: Moscú y Saratov; y dos en Siberia: Novosibirsk y Irkutsk). Existe un seminario interdiocesano en San Petersburgo, del que han salido en estos 25 años varias decenas de sacerdotes del país. Una forma de presencia significativa está ligada a la labor social de Cáritas y otras organizaciones católicas, y varias editoriales que traducen al ruso literatura católica, pero también ha comenzado a realizar modestamente una producción católica propia.
¿Cómo acoge la mentalidad rusa la espiritualidad católica, sus ritos, sus costumbres?
Los rusos, mayoritariamente ortodoxos, ven en el latín y en la liturgia romana (para ellos, demasiado pobre y seca) rasgos distintivos del catolicismo. Por ello, el hecho de que en la actualidad se celebre la liturgia en ruso es para muchos de ellos un motivo de preocupación y un signo de actitud proselitista por parte de los católicos (que no responde a la realidad).
Pero también es verdad que hay no pocos rusos que se sienten atraídos por la espiritualidad católica, también por su liturgia y sus costumbres, por varios motivos. Por ejemplo, el hecho e que la liturgia se haga en ruso y, por tanto, puedan entender lo que se hace en ella, la Palabra de Dios, es algo atractivo para muchos de ellos.
También el hecho de que existan diversos caminos de espiritualidad, algunos de ellos específicos para los laicos, es algo que atrae a algunos. Hay que tener en cuenta que la espiritualidad ortodoxa, que tiene muchos y grandes valores, se ha estructurado fundamentalmente en torno a la vida monástica, y, por tanto, es de difícil aplicación para los que viven en el mundo. También aprecian el mayor nivel de preparación teológica, y la mayor autonomía que los laicos pueden encontrar en la Iglesia.
En todo caso, debo decir que todo esto no es algo masivo, y que muchos ortodoxos miran al catolicismo desde el prisma de fuertes prejuicios históricos.
¿Qué es para un católico ruso la Virgen de Kazan?
La Virgen de Kazan es un Icono originario de aquella ciudad, aunque en la actualidad el icono original se encuentra en San Petersburgo. En Rusia la espiritualidad relacionada con los iconos está fuertemente arraigada, y esto afecta también a numerosos católicos. Para un católico ruso la Virgen de Kazan es una imagen que suscita veneración, al igual que otros iconos (piénsese en la Vladimírskaya) u otras imágenes católicas. Pero no tiene una significación especial por encima de estas otras representaciones (sean iconos o imágenes).
¿El diálogo ecuménico e interreligioso goza de buena salud?
En este momento, las relaciones entre católicos y ortodoxos se ha serenado y han mejorado notablemente. Se ha rebajado mucho la tensión que había en los primeros años de restauración de las estructuras católicas en Rusia, casi han desaparecido las acusaciones de proselitismo, en una palabra, el clima es mucho más positivo.
Pero eso no significa que antes no hubiera contactos y cooperación. En realidad, aquellas tensiones se daban sobre todo en las relaciones de alto nivel. Pero en los lugares concretos (parroquias, ciudades, etc.) la situación dependía y depende mucho de las personas que allí trabajan. En muchos lugares las relaciones con excelentes, amistosas, fraternas; en otros, sigue habiendo problemas.
En San Petersburgo, en concreto en el Seminario, hay muy buenas relaciones con el Seminario ortodoxo, y algunos sacerdotes y laicos ortodoxos colaboran con nuestro Seminario, dando clases o de otras formas. Cáritas es un lugar de intensa cooperación, pues muchos de sus trabajadores y voluntarios son ortodoxos.
Queda mucho por hacer, habría que intensificar más los contactos, pero el clima hoy es mejor, más positivo. Sin duda, el encuentro de Kirill con Francisco en La Habana ha ayudado a mejorar ese clima, aunque ya antes se había sentido un cambio de aires (los que permitieron, sin duda, que se realizara aquel encuentro).
¿Qué es lo que le sigue sorprendiendo de Rusia, a pesar del tiempo que lleva aquí?
Llevo 21 años en Rusia, así que ya he tenido tiempo de acostumbrarme a casi todo. Me sigue constando acostumbrarme a la pesada burocracia rusa, que además cambia las normas con relativa frecuencia. Pero incluso en esto las cosas han mejorado mucho en los últimos años.