Un equipo de investigadores chilenos y una fórmula especial para el arreglo de las calles
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Descorchar una botella de vino chileno puede llegar a ser una de las mejores experiencias para cualquier persona que visite el país y esté dispuesta a conocer uno de sus productos más nobles. Mucho más si se prueba una copa de la variedad de uva Carménère, considerada desde hace mucho tiempo como la cepa emblema del país.
Sin embargo, lejos del deleite gastronómico, gracias a un equipo de ingenieros de la Universidad Católica de Chile, encabezado por el profesor de Ingeniería y Gestión de la Construcción de esa universidad, Guillermo Thenoux, fue posible dar con un curioso “maridaje”.
Efectivamente, este equipo de investigación empezó a usar los orujos de uvas de vino (residuos de los racimos prensados) para amortiguar los daños del pavimento. El resultado fue haber podido reducir “en un 14% la fatiga y el agrietamiento de los pavimentos de asfalto”, según detalla un informe publicado por la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica.
La repuesta, en este caso, fue “la acción antioxidante de los orujos de uvas provenientes de las cepas Cabernet Sauvignon” (otra cepa también ampliamente recomendable si se pasa por Chile).
“Entre las principales técnicas para reducir el envejecimiento del asfalto, está el uso de químicos que disminuyan su tasa de oxidación y prolonguen su vida útil. De ahí la idea de incorporar el orujo de uva deshidratado y pulverizado, porque es un producto con una alta capacidad antioxidante”, afirmó el profesor Thenoux.
La gran mayoría de los pavimentos a nivel mundial están hechos con asfalto, que es más flexible que el hormigón. Pero con el paso del tiempo este material comienza a hacerse cada vez más rígido, se oxida, lo que lo hace vulnerable a sufrir agrietamientos. Y es ahí que aparece el orujo como salvador, que se modificó para comprobar su efecto antioxidante en el asfalto.
Es el propio profesor de la Universidad Católica quien destaca que los “resultados sugieren que el orujo de uva podría constituir una alternativa factible para la reducción del daño oxidativo en ligantes asfálticos, contribuyendo así a mejorar la durabilidad de los pavimentos”.
Para los investigadores este bioproducto es calificado como la “fuente de antioxidantes más promisoria” y se basan en que “un 20% de la producción mundial de uvas se transforma en orujo”.
Para llevar a buen término este estudio -que forma parte de un proyecto del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) de Chile- , se contó con el apoyo de la Universidad de la Frontera, de la Dirección de Viabilidad y del Centro de Ingeniería e Investigación Vial (DICTUC). También participaron dos alumnos de doctorado del profesor Thenoux, Alejandra Calabi y Gonzalo Sandoval, recuerda la Escuela de Ingeniería.
De esta manera, el trabajo de este profesor y su equipo representa una posible solución a un problema habitual de las grandes urbes a nivel internacional poniendo sobre la mesa un aspecto que hasta ahora quizás había pasado desapercibido vinculado a las bondades de la producción vitivinícola.
Mientras tanto, si tienes oportunidad, no dejes de probar una buena copa de vino chileno y disfrutar de excelentes maridajes.
Con información de la Escuela de Ingeniería de la UC