Una infusión que se ha transformado en un clásico de Paraguay (desde ahora también Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad). Te lo explicó en Aleteia el padre ya fallecido Bartomeu Meliá
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Que el papa Francisco se ha convertido en uno de los principales embajadores del mate en el mundo -esa bebida clásica a base de hojas de yerba mate de la zona sur del continente americano, que se caracteriza por su sabor amargo y por tomarse caliente- nadie lo puede dudar.
Sin embargo, en Paraguay, existe una variante a la manera habitual de tomarlo y tiene que ver principalmente con su preparación. Su nombre es tereré (denominación vinculada al guaraní, según diversas interpretaciones). Para beberlo se necesita un recipiente singular (llamado guampa), una bombilla y agua fría. Algunos también suelen agregarle otras hierbas frescas como el cedrón o la menta.
Al igual que sucede con el mate tradicional, el tereré se consume a cualquier hora del día, su preparación tiene un ceremonial particular y para muchos representa un momento de sociabilización. Es común ver rondas de amigos alrededor del tereré en los lugares públicos dispuestos a pasar un rato de amena conversación e intercambios.
Pero también muchos lo consumen de forma solitaria, siendo un gran compañero las horas de estudio y hasta reflexión. No es de extrañar que las mejores ideas a veces surjan entre sorbo y sorbo. Algo similar acontece con el mate tradicional.
Cuando alguien considera que ya ha tomado suficiente, al igual que con el mate caliente, lo único que tiene que pronunciar es la palabra gracias.
Es que el tereré forma parte de la identidad paraguaya y hasta fue declarado bebida oficial de Paraguay por el Patrimonio Cultural de la Nación. Cada último sábado del mes de febrero se celebra el “Día Nacional del Tereré” (Ley Nº 42611 del año 2011). Desde hoy, 17 de diciembre de 2020, también Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
¿Tiene algo que ver con los jesuitas?
Hay varias versiones con respecto al origen de tereré y hasta en algún momento se lo vinculó con los jesuitas. Si hay una voz autorizada para hablar del mate y del tereré en el Paraguay es la del padre Bartomeu Meliá, un jesuita español que estuvo radicado en el país sudamericano desde el año 1954 (ahora fallecido) y todo un especialista en el estudio de la lengua y la cultura guaraní.
En diálogo con Aleteia ofreció varias pinceladas para entender mejor la importancia del tereré para los paraguayos, sin dejar de mencionar aspectos sobre el mate tradicional.
“Algunos gobernantes españoles de la primera colonia llegaron a considerar la yerba mate como bebida propia de hechiceros. El gobernador Hernandarias la tenía prohibida. Hubo incluso excomunión para quien la tomara”, recuerda.
“El jesuita Antonio Ruiz de Montoya la llamó ‘yerba del diablo’, sobre todo por los trabajos y muerte que ocasionaba su laboreo entre los guaraníes en régimen de encomienda, que era ‘disimulado cautiverio’”, prosigue este sacerdote español que llegó hasta ser expulsado de Paraguay –luego regresó- por haber repudiado la masacre de los Ache-Guayaki, un pueblo originario.
“Llegó después un tiempo en que los jesuitas vieron más bien en ella ciertas virtudes. Fueron los mayores productores y por la calidad del producto fueron tenidos como comerciantes desleales contra los colonos, que también la producían. La infusión de la yerba mate caliente se extendió por gran aparte del Virreinato del Perú, y era bebida de lujo incluso en Lima”, puntualizó Meliá.
El origen
Finalmente, Meliá, ganador en una oportunidad del Premio Bartolomé de las Casas –otorgado por la Secretaría General de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Casa de América en España-, fue claro con respecto al origen y las versiones que vinculan al tereré y los jesuitas.
“Lo tradicional (en Paraguay) fue siempre el mate caliente. El tereré con agua fría y hasta helada es una modalidad nueva, que se popularizó en la Guerra del Chaco. Hoy su uso se ha generalizado, aún cuando la modalidad caliente sigue siendo la primera bebida tradicional entre los adultos en la casa paraguaya, e incluso en los días de frío. El tereré no tiene nada que ver con los jesuitas; fue posterior a su expulsión del Paraguay en 1767”, concluye.
El tereré es mucho más que una infusión. Es una oportunidad de estrechar vínculos con el otro o tal vez de acompañar un momento de introspección. No solamente en Paraguay se da su consumo, sino que en localidades de otros países de la región como Argentina, Bolivia y Brasil también se ha adoptado. Hasta aquí algunos aspectos básicos de la que puede ser considerada “la otra cara del mate tradicional”, un auténtico clásico paraguayo. Por hoy quizás ya sea suficiente. ¡Gracias!
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Nota de redacción: Artículo actualizado en primera instancia 6 de diciembre de 2019, día en que falleció el padre Bartomeu Melía. Aquí nuestro homenaje.
Una voz autorizada a la hora de hablar del mate y tereré. Gracias @AleteiaES por recordarnos esta grandiosa nota. https://t.co/nr4APCuTpu
— Jesuitas Paraguay (@Jesuitaspy) December 6, 2019
🤩Recordamos las frases célebres P. Meliá. Abrimos hilo: "Misión no es hablar de Misión, sino entrar en una experiencia propia de cambio" pic.twitter.com/pIxjqAJC1A
— Jesuitas Paraguay (@Jesuitaspy) December 6, 2019
Ahora, diciembre de 2020, día en el que el tereré fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco