Con estas inteligentes pautas, te resultará práctico usar el refrigerador, ahorrarás dinero y no desperdiciarás comidaUna manera de organizar la alimentación familiar para toda la semana es preparar distintos alimentos, luego congelarlos e ir sacando poco a poco lo que se necesita cada día.
A veces también sirve para no tirar algo de comida que sobró y se puede congelar. Este método permite que los alimentos se mantengan durante más tiempo y si se hace correctamente se pueden conservar las características muy parecidas a las del producto inicial.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que la congelación evita la proliferación de los microorganismos, pero no los destruye. Quiere decir que una vez que el alimento deja de estar congelado se empieza a deteriorar y proliferan de nuevo los microorganismos.
A este proceso se le suman las reacciones químicas y enzimáticas que tampoco se detienen, sino que solo se vuelven más lentas, y al no destruirse los enzimas, pueden llegar a deteriorar los productos organolépticamente.
Pautas para no perder el valor nutricional
Veamos distintas maneras de hacerlo correctamente para evitar perder calidad nutricional.
- Refrigerador a -18 grados C: lo primero que hay que saber es si el refrigerador tiene para congelar los alimentos una temperatura menor a -18 grados Celsius, que es la necesaria para congelar el alimento internamente.
- Productos envasados ya congelados: en el momento de la compra una manera de no romper con la cadena de frio es tomarlos antes de pasar por la caja y luego transportarlos a casa lo más rápido posible.
- Rotular: a todos los alimentos que se van a congelar se les debe poner la fecha de envasado y nombre de la preparación o alimento para usarlos antes de que pierdan sus propiedades nutricionales.
- Mantener el orden: colocar en el fondo los alimentos más recientes para ir consumiendo los que lleven más tiempo almacenados ya que no se pueden guardar indefinidamente, sino que tienen sus tiempos. Por ejemplo: las verduras y carnes rojas duran 6–12 meses, el pollo y los quesos de 4 a 8 meses, los pescados y alimentos cocidos de 2 a 6 meses.
- Elegir el envase: los recipientes adecuados son los de plástico duro o bolsitas aptas para congelador y/o microondas. Recuerda siempre observar que el envase no tenga grietas o fisuras, porque el aire frío deseca los alimentos y pierden calidad.
- Vegetales: si son vegetales crudos, primero hay que lavarlos y sumergirlos en agua hirviendo unos segundos y secar para potenciar su color y sabor.
- Carnes: las carnes y el pescado no requieren lavado, solamente se debe envolver cada filete en papel film transparente y congelar.
- Huevos: los huevos no se pueden congelar enteros porque se dilata el contenido y se rompe la cáscara. Sí se puede congelar la clara.
- Alimentos cocidos: si están ya cocidos, se pueden colocar en recipiente por separado, por ejemplo arroz o puré de verduras. Nunca hay que mezclar en un mismo recipiente alimentos crudos con cocidos.
- Guardarlos a temperatura ambiente: para reservarlos en el congelador los alimentos deben estar siempre a temperatura ambiente. Si se introducen calientes se puede estropear el congelador.
Gracias a la congelación es posible disponer de cualquier alimento fuera de temporada y a su vez ahorrar dinero.
Otro beneficio que brinda esta herramienta es poder organizar la comida semanal y congelarla, para así tener más tiempo para otras actividades o pasar más tiempo en familia.