Un antiguo dicho afirma que para educar un niño hace falta una tribu. Aunque la educación de los hijos es responsabilidad primaria de los padres, es importante que estos cuenten con un sistema de apoyo que facilite la crianza, ya sea porque llega a donde los padres no pueden llegar, o porque sencillamente acompaña a los padres en su labor
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La familia extendida forma parte de esta tribu: los abuelos, los tíos o primos son parte esencial del entorno de los niños y sus padres. A través de esta familia extendida nuestros hijos desarrollan independencia de los padres, y sentido de pertenencia. El tiempo que pasan los niños con sus familiares es tiempo valioso que les ayuda a ampliar sus horizontes y a crecer en su propia personalidad.
La escuela, sus profesores y trabajadores también son parte importante de este sistema de apoyo. Es por esto que es ideal contar con un sistema educativo con el que los padres compartan valores e ideales, y es vital que profesores y padres trabajen en conjunto para mejorar la educación de los niños. Un buen maestro es invaluable en el proceso educativo e incluso es clave en la formación de niños con padres ausentes o problemas en el hogar.
Aunque en este mundo digital se ha perdido un poco el sentido de comunidad, esta es clave en el desarrollo social de los niños. Los vecinos, amigos, doctores, miembros de la Iglesia u otras instituciones de las que la familia forme parte, son parte esencial en la educación en modales, los enseñan a mantener conversaciones educadas y los educan en cómo tratar con los mayores. Todo esto ayuda a que nuestros hijos vayan creciendo con un sentido de comunidad y puedan desarrollarse en su socialización y en su relación con los demás.
Que crezca el núcleo de amigos
No menos importantes son los amigos: los de la vida y los que se hacen al tener los hijos. En ellos encontramos el apoyo de los que pasan por lo mismo que nosotros. Los grupos de mamás o de padres con hijos de las mismas edades fomentan la amistad y juego entre los niños, pero más importante, crean entre los padres un sistema de apoyo en el que compartimos ideas de crianza, entendemos nuestra situación porque tenemos los mismos problemas, y llegamos a soluciones que pueden ayudar a unos como a otros.
Conseguir “nuestra tribu” es vital tanto para la labor de los padres, como para el desarrollo emocional y social de los hijos. A pesar de todos los avances tecnológicos, y la proliferación de las redes sociales, es ese contacto físico y humano el que nos ayudará a recuperar a veces la cordura, y son esas relaciones humanas las que nos ayudan tanto en emergencias como en los momentos rutinarios en los que necesitamos alguna palabra de aliento o una tacita de café.