Lauren Wasser está intentando concienciar sobre los riesgos de los absorbentes internos
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¿Los tampones pueden ser peligrosos? Por desgracia, la respuesta es sí. Nunca sabemos cuándo el síndrome de shock tóxico (TSS, las siglas en inglés de Toxic Shock Syndrome) se cobrará otra víctima. Hoy, cada vez más, las mujeres están siendo conscientes de los riesgos asociados a las compresas internas, en parte por causa de las historias dolorosas de mujeres cuyas vidas cambiaron para siempre – o terminaron – por su causa.
Lauren Wasser, una mujer deportista de 24 años, con una prometedora carrera de modelo, tuvo una pierna amputada después de tener síntomas simples semejantes a la gripe. Pocos días antes, su madre, que acababa de sufrir una operación quirúrgica, se preocupó mucho cuando no tuvo noticias de su hija. Pidió a la policía que fuera al apartamento de Lauren, y encontraron a Lauren en el suelo de la habitación con 41 grados de fiebre y un ataque cardíaco.
Cuando llegó al hospital, se estaba muriendo. Cuando los amigos supieron del estado de la modelo, crearon una página en Facebook llamada “Rezad por Lauren” y corrieron al hospital a decirle adiós. Los médicos no sabían lo que estaba sucediendo. Por suerte, un especialista en enfermedades infecciosas descubrió que ella estaba usando un tampon, y se dio cuenta de que había sufrido un shock tóxico. Cuando despertó, fuertemente desorientada, tenía sensaciones ardientes horribles en sus manos y pies.
La infección se transformó en gangrena. Su pierna tuvo que ser amputada debajo de la rodilla, y su vida está llena de dolor por la posibilidad inminente de perder el otro pie.
Wasser se ha convertido en testigo de los riesgos del shock tóxico provocado por los tampones, especialmente ahora que hay un aumento del número de muertes relacionadas con el TSS. Según ella, los principales fabricantes de tampones no están haciendo lo suficiente para alertar a las mujeres del riesgo potencial de su uso. “Lo mínimo que podía hacer es compartir mi historia y advertir a las jóvenes que tengan cuidado”, dice.
¿Qué es exactamente el shock tóxico?
En 1980, el TSS fue reconocida como enfermedad en Estados Unidos después de haberse observado una gran cantidad de casos. El TSS es una infección causada por la liberación de bacterias peligrosas en la sangre –a menudo, la bacteria Staphylococcus aureus. Es un trastorno raro que sucede con frecuencia en adultos que aparentan buena salud, y es fatal en pocas horas.
Aunque sucede en ambos sexos, se encuentra sobre todo en mujeres menstruantes que usan tampones. Para desarrollar el TSS, debes tener esa bacteria ya presente en tu cuerpo. Por desgracia, alrededor del 20% de la población la tiene.
La enfermedad es difícil de detectar porque empieza con síntomas semejantes a la gripe. El flujo sanguíneo disminuye y la presión arterial cae, lo que puede llevar a la pérdida de conciencia, quizás incluso a un coma, y en los casos más críticos, la muerte. En esas circunstancias, las bacterias venenosas pueden atacar a los músculos, los riñones, el hígado, el corazón y los pulmones.
A partir de 1983, se informó de 1.517 casos de TSS relacionados con el uso del tampon al CDC (Centers for Disease Control – Centros de Control de Prevención de Enfermedades). Aunque el número de casos había caído a lo largo del tiempo, gracias a la concienciación pública y a los cambios en la industria de la higiene feminina, ha habido un aumento del número de casos registrados en los últimos años – tal vez debido a una falta de concienciación de las generaciones más jóvenes.
¿De qué están hechos los tampones?
A las adolescentes se les dice que los tampones les permiten nadar, cabalgar o usar prendas apretadas durante el período menstrual – ¡esos comerciales de mujeres sonrientes realmente han convertido la menstruación en algo lleno de glamour! Pero nunca nos paramos a pensar qué hay dentro de ese producto que tiene aspecto de algodón.
Pocas mujeres saben sobre el tema, ni siquiera aquellas a las que les gusta leer la etiqueta de los productos de belleza. Y por una buena razón: no había información sobre ello. En realidad, la propia ausencia sobre la composición del producto en las cajas de tampones creó una fuerte alarma en Francia, cuando en 2016 casi 260.000 mujeres firmaron una petición a la marca Tampax para que revelara la composición de sus tampones. La marca prometió que los consumidores podrían leer en breve esa información en los envases, y el sitio web Tampax se actualizó para incluir los materiales misteriosos.
Una cosa es segura: están llenos de fibras sintéticas. Y eso es algo que Wasser también pregunta: por qué los fabricantes de tampones optan por usar materiales artificiales en vez de algodón.
De hecho, un estudio del Yale Journal of Biology and Medicine, en 1980, descubrió que “la carboximetilcelulosa gelificada” usada en los tampones Rely “actuaba como gelatina, proporcionando un medio viscoso sobre el cual las bacterias podían crecer”. Las fibras sintéticas, que muchas de las empresas de tampones usan para una mejor absorción, realmente crean terreno para el cultivo de gérmenes peligrosos.
Sobre esto, el Dr. Philip M. Tierno, profesor de microbiología y patología de la Facultad de Medicina de Nueva York (NYU), descubrió que el “100% de los tampones de algodón ofrecen menor riesgo, si lo hubiera”.
También conviene saber que la dioxina en ciertos tampones también puede estar ligada a algunos casos de endometriosis.
¿Qué alternativas hay?
La propia Lauren Wasser no busca erradicar este producto del mercado de higiene femenina. Ella quiere más transparencia y mejor orientación. Quienes que deseen continuar usando tampones, deben usar la variedad menos absorbente y cambiarlos con más regularidad. También cree que no deben usarse de noche, porque algunas mujeres, especialmente adolescentes, pueden dormir más que las recomendadas ocho horas para el uso máximo.
Está claro que cada vez más mujeres están buscando información sobre TSS en sitios web y foros. Como resultado, algunas están abandonando el tampon por el miedo a contraer la enfermedad potencialmente mortal.
Aunque la causa real del síndrome del shock tóxico aún no está clara, debe haber una verdadera transparencia sobre la composición de los tampones, y una mayor concienciación sobre los posibles problemas. Se necesitan aún más estudios científicos serios sobre la conexión entre el TSS y el uso de los tampones, y también más mujeres como Lauren Wasser, que estén dispuestas a hablar y a compartir sus historias para ayudar a los demás.