Unos restos de la antigua ciudad de Laquis estudiados recientemente han arrojado luz sobre la historicidad del texto bíblico
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El pasado enero de este año, unos arqueólogos que trabajaban en una excavación en el Parque Nacional Tel Lachish, a 40 kilómetros al suroeste de Jerusalén, encontraron los restos de un antiguo altar que se cree puede tener cerca de 3000 años.
El Parque Nacional Tel Lachish señala el lugar donde una vez estuvo la antigua ciudad de Laquis, una ciudad próspera y fortificada mencionada al menos una docena de veces en la Biblia y destruida por los asirios en torno al 700 a. C.
Los investigadores ya habían destapado, aunque parcialmente, los restos de una de las antiguas puertas de Laquis hace décadas. Estas puertas, fechadas como pertenecientes al Primer Periodo del Templo (del 1000 al 600 a. C.), eran especialmente importantes, ya que algunos hechos oficiales sucedieron allí. De hecho, algunas de estas puertas, como esta en concreto, habrían incluido un altar.
Según el artículo publicado por Christian News, los arqueólogos encontraron que los cuernos del altar habían sido “cortados por alguien de forma intencionada”, ofreciendo así evidencia arqueológica que respalda los acontecimientos narrados en 2 Reyes 18, en relación a las reformas religiosas de Ezequías: “Hizo desaparecer los lugares altos, rompió las piedras conmemorativas, taló el poste sagrado” (2 Reyes 18,4).
Sa’ar Ganor, director de la excavación, explicó en una declaración que “es de lo más interesante que los cuernos del altar fueran truncados intencionadamente. Es probablemente una prueba de la reforma religiosa atribuida al rey Ezequías, por la que la adoración religiosa se centralizó en Jerusalén y los altos lugares de culto que se construyeron fuera de la capital fueron destruidos”.
“Ante nuestros propios ojos, estos nuevos hallazgos se convirtieron en versículos bíblicos y hablaron con su voz”, añadió Zeev Elkin, ministro de Jerusalén y de Protección del Patrimonio y el Medio Ambiente.
Los arqueólogos también destaparon un retrete de piedra colocado a propósito en una de las salas de la puerta. Lo más probable es que se pusiera allí para profanar el antiguo altar, de la misma manera que Jehú profanó una casa de Baal convirtiéndola en una letrina, según el relato bíblico de 2 Reyes 10,27: “Después de haber destruido el poste sagrado de Baal, demolieron su templo y lo convirtieron en una cloaca, que existe hasta el día de hoy”.
Según se explica en Christian News, “es la primera vez que un descubrimiento arqueológico confirma este fenómeno”, señaló la Autoridad de Antigüedades de Israel.