El gobierno de Castro anuncia un circuito dedicado al fraile dominico que vivió un tiempo en la Isla y donde encontró al famoso Montesinos
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Los años que Bartolomé de las Casas vivió en Cuba son tan poco conocidos cuanto decisivos para la transformación del fraile dominico que lo convirtió en el gran defensor de los indígenas y su dignidad. Una laguna que el gobierno de Cuba se propone subsanar, anuncia el diario del Partido Comunista Granma anticipando la iniciativa – la primera en su tipo en América Latina – de crear una Ruta Padre Las Casas en la Isla “para rendir tributo al insigne dominico, cuya estancia en estos predios resulta prácticamente desconocida por diversas generaciones”.
Se sabe que de las Casas fue ordenado sacerdote en 1510 – fue el primero en ser ordenado en el Nuevo Mundo – y se transfirió a Cuba poco después. Amigo de Diego Velázquez, quien gobernó la Isla del Caribe desde 1511, cuando recibió el título de Cristóbal Colón, hasta su muerte en 1524.
Velázquez lo llamó después de sofocar el levantamiento del cacique local Hatuey, para que pacificara a los indios que huían por miedo a los españoles y para contener los excesos del conquistador Pánfilo de Narváez y sus tropas. Las Casas pudo hacer muy poco cuando la expedición de Narváez llevó a cabo la primera gran masacre de indios y el rebelde Hatuey fue capturado y quemado vivo en la hoguera.
Bartolomé de las Casas se hizo cargo de una encomienda (territorio poblado por nativos que se entregaban a la custodia de españoles para ser colonizados y cristianizados, NdT) en el poblado de Canarreo, cerca de Jagua, en la actual provincia cubana de Cienfuegos. Administró la encomienda tal como era habitual en esos tiempos hasta que conoció al dominico Antonio Montesinos hacia fines de 1511 y posteriormente a Pedro de Córdova, otro hijo de santo Domingo. Ambos encuentros marcaron su vida y la orientaron hacia una lucha abierta en favor de los indígenas, para los que reclamó libertad e igualdad de derechos con los conquistadores.
Como era previsible, provocó la oposición igualmente abierta de los colonos y por eso su prédica no tuvo inicialmente resultados significativos. Sin embargo, con el tiempo fue dando origen a que la Corona española adoptara diversas reformas de la legislación indígena que él mismo también impulsó.
Los historiadores, sobre todo los dominicos a cuya orden pertenecía, han reconstruido los años que Las Casas pasó en Cuba y que resultan prácticamente desconocidos en la actualidad. El proyecto de la ruta de Bartolomé de las Casas permitirá recorrer los lugares donde actuó y desarrolló su predicación y “coloca en su contenido esencial y su narrativa principal el papel desempeñado por su Encomienda local de indios en Jagua y los encomenderos, poco visualizados por la historia de Cuba”.
El itinerario incorporará también diversos recursos como “representaciones gráficas, mediotecas, dramatizaciones y reconstrucciones históricas que expresan el itinerario cultural relacionado con la presencia y el actuar de fray Bartolomé”.
La ruta que se está programando arranca frente al busto de Bartolomé de las Casas en la estación de ferrocarril de la ciudad de Cienfuegos continuando hacia el área protegida Guanaroca-Punta Gavilanes”, incluye un recorrido en bote por la laguna y una visita al centro turístico de Cayo Ocampo y termina en la cooperativa agropecuaria Mártires de Barbados, cerca de la Loma del Convento, donde Las Casas construyó su encomienda, a orillas del río Arimao, que duró apenas un año, entre 1514 y 1515.
Artículo publicado originalmente por la web Tierras de América