El médico francés Philippe Charlier se apoya en técnicas de reconstrucción forense para ofrecer un rostro a esta famosa mujer evangélicaEs un refinado rostro mediterráneo, una mujer de edad mediana, hermosa, con favorecedores pómulos y cabello oscuro. Esta María Magdalena, según ha sido revelada por el profesor Philippe Charlier el 8 de septiembre con motivo del séptimo congreso internacional de patografía, corresponde a la imagen que la tradición ha extraído de los Evangelios.
Para llevar a cabo esta reconstrucción, Charlier dirigió un equipo de diez investigadores de la Universidad de Versalles. Se basaron en una reliquia venerada en la basílica de Santa María Magdalena en Saint-Maximin-la-Sainte-Baume (Var, Francia). Se trata supuestamente del cráneo de la santa incrustado en un relicario.
Según una tradición, escrita en particular por el cronista italiano Jacques de Voragine en el siglo XIII, habría huido de las persecuciones en Palestina para ir hasta la Provenza francesa. Se dice que fue acompañada por varios discípulos, entre ellos Lázaro, y que predicó en Marsella antes de retirarse a vivir como un ermitaña en una cueva.
Una reliquia a la luz de la ciencia forense
El cráneo no fue extraído de su relicario, sino fotografiado 400 veces para que los investigadores pudieran hacer una reconstrucción tridimensional a partir de ahí. Luego, agregaron a la superficie del hueso profundidad muscular, tejido adiposo, es decir, grasa, y piel correspondiente a una anatomía estándar. “Es como si estuviéramos reconstruyendo la cara de un esqueleto X encontrado en el bosque”, explica el médico forense Philippe Charlier.
No es la primera vez que Philippe Charlier aplica la medicina forense a grandes nombres de la historia. Conocido por el público en general por sus apariciones con Stéphane Bern en el programa de la televisión francesa Secrets d’ Histoire, realizó un doble digital del cráneo de Enrique IV, analizó los restos de Ricardo Corazón de León, Diana de Poitiers…
Después de una investigación sobre los huesos de Agnès Sorel, la amante de Carlos VII, demostró que ella había muerto por un envenenamiento con mercurio. Otra investigación, sobre los presuntos restos de Juana de Arco, le permitió establecer que no tenían nada que ver con la Doncella de Orleans, ¡sino con una momia egipcia!
En cuanto a la presunta reliquia del discípulo de Cristo, que estudió durante un año, el forense asegura que no tiene ninguna certeza: “Es extremadamente difícil afirmar la autenticidad de la reliquia. No es como otras figuras históricas, por ejemplo del siglo XVII, de quienes disponemos retratos, descendientes, etc.”.
Pero una serie de nuevos exámenes, en especial del cabello de la santa, podrían arrojar luz sobre esta cuestión. Se realizarán pruebas de ADN y serán cotejados en una prueba de carbono 14, que determinará si su datación y origen étnico son conformes a los Evangelios.