¿Qué concepto tienes sobre la sexualidad? ¿Qué visión tienes sobre la persona humana? ¿Qué sentido le das a esa entrega?
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La sexualidad humana es maravillosa y sublime. Palabras me faltan para enaltecerla y hacerle justicia. Es simplemente bellísima y perfecta. Por lo tanto, hay que vivirla con la dignidad que merece.
Para muchos la sexualidad es solo un asunto de “sentir”, de desahogo y, erróneamente, creen que es una necesidad. Sabemos que esto es una gran mentira. Necesidad fisiológica es comer, dormir… que si no se satisface a corto plazo perdemos la vida. ¿O cuándo hemos visto a alguien en la sala de emergencias de un hospital muriéndose por falta de actividad sexual? Para otros tantos es una búsqueda desenfrenada de placer -genitalidad pura-, diversión, dale a tu cuerpo lo que pida y cómo lo pida. Sin embargo, para los que más, la sexualidad es un acto de amor. Una expresión del amor, una consecuencia de él.
El fruto de la intimidad conyugal que se vive en el amor es el placer,mismo que jamás será el fin y, dependiendo del sentido que tú y yo le demos a esa unión será el placer que alcancemos.
La sexualidad humana tiene una doble finalidad: unitiva y procreativa. Es decir, el acto debe unirnos más como matrimonio. Si no nos está uniendo habrá que ver qué debemos atender -corregir- tanto de manera personal como en pareja. Aquí valdría la pena preguntarnos de manera personal: “¿Cómo vivo yo mi sexualidad? ¿Uso el sexo solo para mi desahogo? ¿Cómo aprendí sobre la sexualidad?¿De una manera sana o grotesca? ¿Cuál es mi historia? ¿Mis padres se preocuparon por hablarme de ella? ¿Qué prejuicios tengo que no me permiten gozar de mi sexualidad de una manera sana y plena? ¿Cómo influyen los medios de comunicación en los conceptos que tengo sobre la sexualidad? Toda esta es información que recibimos desde nuestros primeros años y a lo largo de nuestra vida dependerá la creencia que hoy tengamos sobre la sexualidad y repercutirá -para bien o para mal- en nuestro matrimonio. Además, recordemos que después como padres seremos los educadores primarios del amor y si no tenemos conceptos claros y sanos sobre este tema les transmitiremos los mismos errores a nuestros hijos.
Podemos enfocar a la sexualidad desde distintos puntos de vista siempre tomando en cuenta las raíces antropólogicas de lo que es ser persona: ¿Quién soy yo? ¿Cuál es mi fin? En este sentido encontramos 2 grandes visiones en el mundo de la filosofía -Inmanente y Trascendente- sobre como es el hombre y su sexualidad. Cada una tiene características muy particulares.
Te puede interesar:
No confundas cama con amor
La visión inmanente
- El cuerpo es un vehículo de placer, de satisfacción de necesidades y no un transmisor del amor.
- Es la nueva cultura sexual.
- El sexo es una necesidad fisiológica. Está bien que “lo practiques” cada vez que lo “sientas” y no tienes porqué controlarte. Si tu cuerpo te lo pide, dale.
- Sexualidad igual a genitalidad o sensaciones.
- Ve a la persona como un mero ser bio-psico-social. Un animal racional que debe cumplir con ciertas funciones: nacer, crecer, reproducirse y morir.
- No ve a la persona como unidad de vida, como un todo inseparable de cuerpo y alma.
- La vida consiste en pasarlo bien aquí y ahora.
- El otro es objeto de placer: si me sirves, te uso.
- Se está convencido de que esta vida es todo lo que hay, que no hay nada después.
- No cree ni en la fidelidad ni en la exclusividad. La sexualidad no tiene fines en sí misma más que el placer.
- La persona es consumista y hedonista.
- No hay una verdad absoluta. Todo es relativo.
- El fin del sexo es el placer y el medio del placer es el sexo. En la búsqueda de satisfacción todo está permitido, todo vale, no hay límites con tal de sentirme “bien” y satisfecho.
- Si “sientes” que te hace feliz, hazlo. La idea principal es pasarlo bien, ser “feliz” ahora.
- Nos pone a la altura de los animales, dejándonos llevar solo por lo que nos apetece y dejando de lado nuestras facultades superiores, la inteligencia y la voluntad.
- Va a la relación íntima solo por el placer que le provoca. La persona no cae en cuenta que no habrá placer que le satisfaga y cada vez querrá más y puede llegar a cosas aberrantes con tal de generar esas sensaciones.
- No tienen autodominio de sus instintos y dejan que estos les gobiernen.
- Es muy fácil de encontrarla en los medios de comunicación y en todo aquello que nos quiere meter el sexo y el placer por todos los sentidos.
La visión Trascendente
- La sexualidad está al servicio del amor.
- La persona es vista en toda su integralidad:mente, cuerpo y espíritu orientados al amor y que se alimentan entre sí.
- La persona humana es valiosa.
- Se entrega el cuerpo, como un regalo de sí mismo al otro.
- La sexualidad no es genitalidad. Es la expresión de la totalidad de la persona que va mucho más allá de sensaciones.
- El placer es fruto de la intimidad sexual y no es el fin.
- La sexualidad humana es un apetito, un instinto, una expresión del amor que no puede ser reducido a mera biología. Es un regalo que está al servicio del hombre para un fin muy específico: comunicar amor.
- La sexualidad es el conjunto de aspectos que abarcan a toda la persona humana y que la configuran como hombre o mujer.
- La sexualidad tiene doble finalidad: unitiva y procreativa.
- En la relación íntima se involucra todo el ser: la inteligencia, la voluntad, los afectos y el amor.
- La relación íntima sirve para demostrar el amor y, como fruto, obtiene placer.
- Tiene claro que su cuerpo es vehículo de expresión del alma.
- Se cree en un Creador, en Dios que es dueño y generador de mí, de quien soy, de toda vida y de todo lo que hay en el universo.
- La vida no termina aquí y hay que vivir en clave de eternidad. Es decir, en este mundo solo estamos de paso para luego trascender a lo eterno.
- Hace uso de sus facultades superiores para saber esperar en abstinencia, viviendo la castidad y tiene autodominio de los instintos. Es decir, tiene claro que la sexualidad es un apetito que se puede dominar para ponerlo al servicio del amor.
- Cree en la unidad, en la fidelidad y en la exclusividad para vivir la plenitud del amor.
- Sabe que la sexualidad tiene que ver -aunque no es su único fin- con el nacimiento de otro ser y de ahí su importancia.
Ahora que te acabo de enumerar algunas de las características de ambas visiones sobre la persona y la sexualidad, medita sobre cuál es la tuya. ¿Qué visión eliges? ¿Quieres vivir únicamente el aquí y el ahora? Recuerda que la verdadera plenitud se logra viviendo en clave de eternidad, viviendo nuestra sexualidad matrimonial en unidad, exclusividad y fidelidad. Nacimos para trascender. Felicidad y amor siempre irán juntas, de la mano. Una sexualidad vivida en el auténtico amor, en el verdadero, en el que trasciende siempre será una sexualidad que se disfruta, que, en sí misma, produce placer.