Cuando el demonio se convierte en negocio y se estafan a las víctimas con ceremonias ficticias
“Jean Clément propone precios modulables para todos los bolsillos. Desde 20 euros por un ritual simple, hasta 500 por la ceremonia de exorcismo más compleja, con toda la parafernalia. Por supuesto, los gastos de desplazamiento -si es necesario- corren a cargo del cliente”. Así comienza el diario español El Confidencial una crónica-denuncia de algo que está ocurriendo en Francia.
Se trata de una nueva profesión, la de exorcista privado que está haciéndose de oro. “Chamanes, kabalistas, médiums y sanadores que ofrecen servicios similares, siempre pagando”.
Según explican, en el artículo, los casos de posesiones demoníacas en Francia se han multiplicado y en este dolor muchos han querido ver negocio. Según datos de la Iglesia Francesa son ya más de 2.500 las consultas oficiales y en estos momentos existen 130 exorcistas oficiales en toda Francia. Sólo en Lyon se atienden 500 consultas anuales en un servicio que sólo se realiza dos veces a la semana. No se saben datos de las consultas fuera de los exorcistas oficiales y es en este limbo donde los estafadores hacen fortuna.
¿Por qué hay tantas aparentes posesiones demoníacas?
La desacralización de las sociedades, las angustias vitales, las dudas existenciales y los últimos atentados parecen ser ingredientes para los que quieren hacer negocio del demonio. Ofrecen curaciones espirituales a un módico precio, con prácticas esotéricas y disciplinas alternativas. No son exorcismos sino más bien “charlatanería”.
Por ejemplo, el terror yihadista parece haber desatado una epidemia de posesiones. Nada más lejos de la realidad, puesto que según explican “la mayoría de los casos se resuelven con una simple terapia psicológica o psiquiátrica, dependiendo del grado. O a veces, incluso, con una banal charla con algún experto en la materia”.
Los “exorcistas privados”, chamanes, brujos y charlatanes lo saben. Le ponen un módico precio a estas charlas y escenifican el exorcismo previo pago de unos honorarios. Es el esoterismo hecho negocio que ahora ha llegado a los falsos exorcistas.
¿Cuando se sabe que realmente es una posesión?
El doctor Valter Cascioli, médico psiquiatra, portavoz y asesor científico de la Asociación Internacional de Exorcistas (A.I.E) que ha recibido el reconocimiento jurídico de la Congregación para el Clero del Vaticano, explica a Aleteia que “los casos están en constante aumento debido a la prácticas del ocultismo y la falta de fe”.
Muestra el porqué están aumentando estas posesiones: “El aumento de la actividad demoniaca extraordinaria, es decir de las infestaciones, obsesiones, vejaciones y posesiones, aumenta debido a la falta de fe y por el aumento de prácticas esotéricas, magia y ocultismo. Estas prácticas involucran millones de personas y pueden abrir el camino a las posesiones diabólicas o a otras manifestaciones de la actividad demoníaca extraordinaria”.
Según este experto para saber si hablamos de una verdadera posesión demoníaca el “infestado” debe tener “aversión a todo aquello que es sagrado”. “Repugnancia a la oración, a todo lo que es bendecido aún si no se tiene conciencia de que lo sea, inesperadas reacciones de violencia en personas de una índole diversa. Se manifiesta con blasfemia, agresiones físicas, reacciones furiosas si se bendice o se ora ante la persona”.
Pero no sólo eso, son otras muestras las que hacen ver que realmente es una posesión y no una cuestión psicológica, por ejemplo: “conocer profundamente materias o lenguas desconocidas al sujeto. Conocer la ubicación de objetos escondidos a la vista, conocer cosas ocultas. Entender y hablar idiomas desconocidos. Manifestar una fuerza sobrehumana anormal para la edad y la condición física de la persona. A veces, se manifiesta en el marco de una agitación psicomotora, la cuál sin explicación no responde a la terapia sedativa farmacológica”.
Meses de reuniones y discernimiento
El padre Vincent Lampert y el padre Gary Thomas son exorcistas en EEUU y también hablan en The Telegraph sobre el incremento de peticiones de exorcismos.
Cuentan algunos casos: “Estábamos jugando con una tabla de ouija y de repente nuestro amigo empezó a hablar en un idioma extraño que no entendíamos. Y empezaron a pasar cosas raras, se movían objetos en la casa”.
Pero alertan también de que muchas de esas peticiones no son posesiones: “únicamente una de cada 5.000 peticiones es de alguien que sufre una posesión demoniaca completa”. El proceso para discernir si es o no un demonio quien está afligiendo a la persona suele durar, según explican, hasta varios meses.
Un tiempo donde los sacerdotes se reúnen con el paciente y van viendo en un complejo proceso cuales son los problemas, las manifestaciones y los síntomas. Es un camino largo, afirman.
Para los exorcistas privados ¡no! Ellos ponen un anuncio en Internet, se mueven por las redes sociales, hacen un par de discursos, encuentran una víctima propicia y rápidamente les realizan un supuesto “exorcismo”. Cobran sus emolumentos y…con el diablo hacia otra parte.
Es la picaresca que llega hasta el demonio. ¡Cuidado con ellos! Una de las cosas que debe ponerte en preaviso es el cobro. Ningún sacerdote y exorcista oficial te cobrará dinero alguno por sanarte y sacarte el demonio de dentro.