Es la conclusión a la que llega la física al intentar responder al milagro de Jesús en el Lago Tiberíades
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¿Cómo pudo andar Cristo sobre las aguas? ¿Cómo pudo realizarse ese milagro? ¿Hay alguna explicación científica? Un grupo de siete personas entre las que se encuentran periodistas, biólogos y físicos acaban de dar con la respuesta desde el punto de vista de la física: Los pies de Cristo medían dos kilómetros.
En el libro “70 preguntas curiosas sobre el mundo que nos rodea y sus asombrosas respuestas”, cuya traducción española del alemán original ha sido publicada por la editorial Siruela, se hacen la siguiente pregunta relacionada con la vida del Hijo de Dios: “¿Podría una persona caminar sobre las aguas como Jesucristo?“
Los autores recuerdan que Pedro, tras ver a Jesús caminando en el lago Tibiríades, intentó también desafiar las leyes de la física pero en cuestión de milésimas de segundos comprobó que se hundía.
Y es que, explican los autores del libro, “el peso de una persona es mucho mayor que la denominada ‘tensión superficial’ del agua (..) que actúa a modo de piel elástica, porque en la superficie de contacto entre el agua y el aire, la cohesión entre las moléculas de agua es especialmente intensa. (…) Dentro del agua las fuerzas de atracción y repulsión de las partículas están equilibradas pero en la superficie no, pues el aire no atrae a las partículas de agua. Por tanto las partículas de agua de la superficie son atraídas por una fuerza hacia el interior del líquido y forman una especie de piel”.
Para dar respuesta a esta cuestión, los autores se fijan en el hidrómetras. Este insecto puede caminar sobre las aguas al moverse sin romper “esa unión de las moléculas de agua”.
La clave está en la distribución de su peso, “ya de por sí ligero, sobre unas patas muy largas” por lo que cualquier persona que quiera reproducir el milagro de Jesús “tendría que modificar considerablemente su silueta (…) para repartir la masa del cuerpo y hacerlo de tal modo que el peso de este, en proporción a la superficie, sea menor que la tensión superficial.
Para un peso de 50 kilos harían falta unas piernas de una longitud total de 4.000 metros apoyadas en el agua. Esto equivaldría a dos pies de una longitud de 2.000 metros cada uno, o bien a innumerables piececillos”.
Se trata de una de las 70 curiosidades históricas y científicas que este equipo de siete personas nos acercan. No hay duda de que durante el proceso de creación y brainstorming, los autores se lo pasaron bien. Su pretensión es sencilla, responder a preguntas sobre nuestro cuerpo, el mundo animal, las plantas, la ciencia, la tecnología y otras inquietudes o dudas que todos hemos tenido alguna vez.