Lejos de sentirse una víctima, lamenta los extremos a los que se han llegado
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Hace un par de días, se hizo viral una publicidad de Dove para Facebook de un gel de ducha; pero no por su creatividad o mensaje inspirador, sino porque en el video aparecía una chica de color que, al quitarse la franela, se transformaba en una de piel blanca y ésta a su vez en otra asiática.
Enseguida, mucha gente tildó a la marca de racista, alegando que respaldaba esa idea de que “los negros son sucios y los blancos limpios” (esto tiene que ver sobre todo con la historia estadounidense, donde entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX se hacían publicidades de jabón donde un chico blanco le preguntaba a otro negro que por qué su mamá no los bañaba).
Dove decidió sacar la pieza de su perfil y emitió un comunicado que decía: “Dove está comprometida a representar la belleza de la diversidad. En una imagen que publicamos esta semana nuestra intención de representar a mujeres de color de manera original no fue reflejada en la publicidad. Nos arrepentimos profundamente del daño que ha causado. Hemos escuchado los comentarios y los utilizaremos como guía para nuestras decisiones en el futuro”.
Sin embargo, hay alguien que especialmente no está de acuerdo con la decisión de la empresa: la modelo afrodescendiente de la pieza audiovisual, Lola Ogunyemi (que nació en Londres pero tiene raíces nigerianas), que le dijo al diario The Guardian que “aunque entiendo que la reacción de Dove haya sido pedir disculpas, creo que podrían haber defendido su visión creativa y su decisión de incluirme a mí, una mujer claramente negra, como rostro de su campaña. No soy una víctima de una campaña de belleza. Soy fuerte, bella y no desapareceré”.
Según Ogunyemi, la publicidad también se ha malinterpretado porque en las noticias sólo se muestran los segundos de ella y su compañera blanca, pero no los 30 segundos completos. Para ella, era una oportunidad para promover la diversidad racial que tanto hace falta en la industria de la belleza, indicando que era un producto para todo tipo de piel (de allí que todas salieran con la misma franela).
“Mi experiencia con el equipo de Dove fue positiva. Todas las mujeres del rodaje entendieron el concepto y el principal objetivo: utilizar nuestras diferencias para ilustrar el hecho de que todas las pieles necesitan cuidados”, recalcó la modelo.
Asimismo, aseguró que ella jamás hubiera sido parte de una campaña donde se hablara de su raza de forma despectiva y que toda esta ola de críticas sólo comprueba que la sociedad todavía está predispuesta y mira con ojos de prejuicio.
Dove es una marca que desde hace años ha tratado de ser inclusiva, no sólo en cuanto a raza, sino también a tipos de cuerpo. No obstante, en el 2011 también se vio envuelta en un escándalo de índole racista, también con una publicidad de un gel de ducha, que prometía una “piel visiblemente más hermosa” y la imagen del “antes” era con una mujer de piel oscura y la del “después” clara.
Obviamente el que sean ya dos publicidades de un mismo tipo de producto genera desconfianza. Sin embargo, si bien es importante que la marca aprenda de esta nueva experiencia (hayan o no tenido una mala intención), también creo que es importante analizar la posición de la modelo y hacernos varias preguntas. ¿Y qué hubiera pasado si, por ejemplo, se hubiese alterado el orden de las modelos y justo después de Ogunyemi hubiera aparecido una latina? ¿Muchos de los que critican realmente dejarán de comprar productos de la marca? ¿Otras compañías se sentirán intimidadas de mostrar mujeres de diversas razas ante el temor de ser mal interpretadas? ¿Qué tan predispuestos estamos? ¿Qué hacemos nosotros en nuestra vida diaria para combatir el racismo?
