Yalik Peña Quintana devela detalles de un encuentro que significó un antes y un después en su vida
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Con una banderita de Venezuela y una carta. Así se presentó ante el papa Francisco el pequeño Yalik Peña Quintana, un joven de 19 años, cercano a culminar el bachillerato, que tuvo la la oportunidad de un encuentro inolvidable durante el pasado mes de septiembre durante el viaje apostólico a Colombia.
Pero Yalik aparenta menos edad y fragilidad, pues su desarrollo físico ha sido muy lento debido a que nació con una piel especialmente delicada. Lo que padece se denomina epidermólisis bullosa, pero popularmente es conocido como “piel de mariposa” (aparecen heridas y ampollas en la piel de forma frecuente).
Yalik nació en Venezuela, país donde vive junto a sus padres –su papá es venezolano y su madre colombiana-, donde ha tenido que convivir con esta enfermedad y en donde fue de alguna manera víctima del desconocimiento existente en aquel momento para el tratamiento de esta enfermedad.
El chico contó que la carta que le entregó al Papa en Bogotá hablaba sobre la situación de su país, al tiempo de confesar que lo primero que sintió cuando se lo encontró fue “paz y tranquilidad”.
¿Ese encuentro te ha servido para algo? Le pregunta la cronista de El Tiempo, medio que ha difundido esta historia en las últimas horas.
“Sí. Ahora camino mejor y no tengo casi heridas”, expresa de forma contundente.
Esto ha sido confirmado por su propia madre. “Gracias a Dios, está dando sus pasos. Cuando le digo ‘enderécese’, él hace el esfuerzo y camina un poquito más”, expresa a ese medio.
Es que gracias a la perseverancia de la madre de Yalik, que no podía seguir viendo sufrir a su hijo, fue posible contactar a la Fundación Debra (surgió en Reino Unido en 1972 en memoria a a la niña Debra Hilton que también nació con esta enfermedad), que se encarga de atender y apoyar a las familias con estos casos a nivel internacional. En Colombia está presente y en este momento atiende a más de 50 niños tanto colombianos como de otros países.
Fue la propia fundación que invitó a Yalik, junto a otros chicos que padecen la misma enfermedad, a conocer al Papa. Para ello también jugó un rol importante la primera dama de Colombia, María Clemencia de Santos, encargada de preparar algunos lugares en la residencia presidencial para tal encuentro.
“Es muy suave, muy lindo: es un Papa honrado y no es orgulloso con la gente. Vi por televisión todo lo que hizo en las otras ciudades, y lo que más me gustó es que abrazaba a los niños”, comentó Yalik.
Este joven valiente fue capaz de romper todo tipo de protocolos para abrazar al Papa y vivir una experiencia que sin dudas representó un antes y un después en su vida. Lo mismo sucedió con otros integrantes de esta fundación que hasta el día de hoy agradecen haber recibido tal “bendición”.
“Gracias al Papa Francisco por la esperanza y fortaleza que dio a Colombia, por bendecir a los más necesitados, por sus enseñanzas desde las acciones, por hacer ver a los invisibles, por darle importancia al perdón, por darles un aliento a los jóvenes que continúen labrando caminos y por todas aquellas buenas bondades que se hicieron presentes ante su visita al país”, expresaba Alicia Rodríguez, coordinadora de comunicación y eventos de la Fundación Debra.
Un mes después de aquella visita, el Papa sigue siendo motivo de conversación en el país sudamericano, pues sin lugar a dudas ha dejado una huella imborrable.
Con información en base a El Tiempo y Fundación Debra