Una jornada electoral para dejar de lado “la grieta”
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Las elecciones legislativas en la Argentina transcurrieron con normalidad, sin mayores incidentes. La sombra de la “grieta”, de la que hemos escrito alguna vez en la Aleteia, sobrevolaba la jornada electoral. Pero algunos han trabajado para achicarla, y por qué no, mostrar que no debe prevalecer.
El director de cine Juan José Campanella, ganador de un óscar y nominado a otro, fue fiscal de una mesa en un humilde colegio de La Matanza. Conocido por su apoyo al actual gobierno de Cambiemos y por su crítica al anterior gobierno, el director de El hijo de la novia y de El secreto de sus ojos compartió por redes sociales su jornada cívica desde temprano. Y en su primer mensaje del día, posteó una fotografía con la fiscal del partido Unidad Ciudadana, el principal contrincante de la plataforma que él defendía: “Con Victoria, fiscal de Unidad Ciudadana. ¡Gran onda!”.
También se mostró afectuoso en otras imágenes, y tras fiscalizar 146 votantes escribió: “Somos todos amigos y felices, aunque al borde de la hipotermia”. Y sobre el frío volvió a escribir, resaltando que las diferencias políticas no deben separar a los argentinos: “Cambiemos, Unidad Ciudadana y 1 País unidos y congelados en post de un país mejor”.
Campanella se quedó hasta el final de la jornada y compartió el resultado del escrutinio en su mesa. Allí arrasó Cristina Fernández de Kirchner, quien lideraba la lista opositora en la provincia de Buenos Aires. Pero lejos de mostrarse enojado, el cineasta escribió: “En mi mesa no solo ganó Cristina. Ganó la concordia, la democracia y la buena onda”.
Con el extranjero se achicó la grieta
Por primera vez, se puso en marcha un nuevo sistema de registro para que los argentinos que viven en el exterior puedan votar con mayor facilidad en los comicios, sin necesidad de haberse inscripto con anterioridad. Para estos comicios, bastaba con tener la debida residencia en su país antes del 25 de abril.
Y por redes se pudo seguir y acercar el testimonio de argentinos que votaron en España, Estados Unidos, Uruguay, Ucrania, Alemania, Chile, Italia, El Salvador, Panamá, Venezuela, México, entre otros. Todos lo hicieron con alegría, como el hermano Fernando, de los Heraldos del Evangelio, quien recordó en un tuit compartido desde la Cancillería Argentina las palabras de San Juan Bosco que decía “seamos buenos cristianos, y buenos ciudadanos”.
Para el residente en el extranjero, el poder sentirse parte importante de su país también con el voto no es poca cosa, y muchos viajaron cientos de kilómetros hasta su consulado habilitado para poder ejercer su derecho. Así lo hizo Vadym, que viajó más de mil kilómetros desde Kalingrado hasta Moscú para votar.
La facilidad del sistema posibilitó que puedan votar tanto aquellos que lo hacían por primera vez, con 16 o 17 años, como aquellos que ni siquiera en la Argentina estarían obligados a hacerlo. Deborah y Pedro, de 85 y 83 años, fueron aplaudidos en el consulado argentino en Miami por haberse acercado a votar.
Los resultados formales hablarán de ganadores y perdedores en las urnas. Pero en estas elecciones se pudo vivir con armonía aquello que a veces parece relegado y es tan o más importante: sin importar clase social, riquezas, premios, prestigio, dónde se viva, todos somos compatriotas.