El Pontífice escribe introducción del libro “Una apuesta por América Latina”
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“Las gestas patrióticas de la emancipación americana, así como también nuestros orígenes, las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe en el marco de una epopeya misionera y del mestizaje lacerado, se encuentran entre los eventos fundadores de nuestra gran patria latinoamericana”, escribió el papa Francisco en el prólogo de la nueva edición de un libro sobre el bicentenario de la independencia de varios países de América Latina que se celebra en 2017.
“El amor y el dolor, la muerte y la esperanza marcan desde lo más profundo la vida de nuestros pueblos. Son un foco decisivo de la historia, de su belleza y sus miserias, sufrimiento y esperanzas. Es necesario regresar a ellos periódicamente para no ser “huérfanos de Patria”; son la hermenéutica para preservar, fortalecer y finalmente recuperar nuestra identidad”, dice el Papa en el prólogo publicado en la edición del miércoles 25 de octubre de 2017 de L’Osservatore Romano.
Francisco recordó que hace seis años había tenido el gusto de escribir el prólogo del libro Una apuesta por América Latina de Guzmán Carriquiry Lecour, firmando el texto cuando era cardenal arzobispo de Buenos Aíres.
Ahora, Bergoglio firma la presentación de esta nueva edición como Sucesor de Pedro, “venido desde las entrañas de la fe, de la historia, de la vida de los pueblos latinoamericanos”.
Destacó el punto subrayado en la pasada edición del libro: 40 millones de latinoamericanos hace seis años salían de la pobreza en América Latina. El Papa indica que pide ahora a los jóvenes y ancianos – como ya lo hizo en su mensaje por el bicentenario de Argentina – de continuar el camino hacía una única meta, donde nadie en la sociedad caiga en la marginación.
Exhorta a “seguir caminando, mirar hacia adelante. Para lograrlo pienso -de manera especial- en los ancianos y en los jóvenes, y siento la necesidad de pedirles ayuda para continuar andando nuestro destino. A los ancianos, los “memoriosos” de la historia, les pido que, sobreponiéndose a esta “cultura del descarte” que mundialmente se nos impone, se animen a soñar. Necesitamos de sus sueños , fuente de inspiración”.
A los jóvenes les pidió el Papa que “no jubilen su existencia en el quietismo burocrático en el que los arrinconan tantas propuestas carentes de ilusión y heroísmo. Estoy convencido de que nuestra Patria necesita hacer viva la profecía de Joel (cf. Jl 4, 1).
Sólo si nuestros abuelos se animan a soñar y nuestros jóvenes a profetizar cosas grandes, la Patria podrá ser libre. Necesitamos de abuelos soñadores que empujen y de jóvenes que -inspirados en esos mismos sueños- corran hacia adelante con la creatividad de la profecía”.
Francisco advirtió además que “existe un incierto camino en la independencia de nuestros países, con los progresos y sus regresos, siempre amenazado por diversos tipos de colonialismo, que todavía no termina”.
Al final, el Obispo de Roma aseguró que le gusta mucho reunirse con los Movimientos Populares que luchan por “Tierra, Trabajo y Techo para todos” porque allí encuentra las aspiraciones de la parte más sencilla y humilde de los pueblos latinoamericanos.
Conmemorar el bicentenario significa para el Papa Francisco recoger la herencia de las cuestiones no resueltas por la independencia y enfrentar todas las “tareas” que faltan.
El bicentenario de independencia ha sido conmemorado por algunos países, mientras que en los próximos meses se extenderá a Chile, Perú y Brasil, así como otras naciones de Centroamérica.