Castilla y León tiene por costumbre elaborar por Todos los Santos un dulce de mazapán con una forma singular
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La solemnidad de Todos los Santos se vive con una tradición muy dulce en la comunidad autónoma de Castilla y León (España). Nos referimos a los “huesos de santo”, un dulce que debe su nombre a la forma tan particular que tienen porque guardan relación con un fragmento de hueso.
Los huesos de santo se remontan al siglo XVII y ya en el “Arte de Cocina” de Francisco Martínez Montiño*, de 1611, aparecen citados y localizados en Madrid.
La costumbre de tomarlos en el día de Todos los Santos está extendida más allá de esta zona. Resultan exquisitos al paladar de los más golosos puesto que están elaborados a base de mazapán (con almendra y azúcar principalmente) y están rellenos de diversas materias: mermelada, chocolate… lo que a su vez les da colorido.
Este dulce muy posiblemente se remonte en su historia a la época andalusí, esto es, la etapa en que los musulmanes ocuparon la península ibérica hasta 1492.
Receta
(Explicada por sor Isabel de la Trinidad, autora de “Dulces y postres de las monjas”).
Para la masa del mazapán:
300 gr. de azúcar
375 gr. de almendra picada fina
2 claras de huevo
1 yema de huevo
Para el relleno:
Crema de yema
Chocolate
Mermelada
Azúcar glasé
Elaboración:
En un bol mezclar el azúcar, la almendra, las claras y la yema de huevo. Remover bien hasta lograr una masa fina. Espolvorear el mármol con un poco de azúcar y extender la masa dejándola de un grosor de 1 cm.
Cortar a cuatro trozos. Enrollar la masa en palitos de 1 cm. de grosor y apretar los bordes para que queden bien sellados. Poner sobre una bandeja de horno y rellenarlos con mermelada, chocolate, crema de yema.
*Francisco Martínez Montiño fuw cocinero del rey Felipe II.