Denuncian su vínculo con el narcotráfico y el crimen organizado en una de las ciudades más importantes para el turismo internacional
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La palabra corrupción sigue sonando fuerte en Brasil y desde hace ya mucho tiempo vinculada a lo político. Sin embargo, en los últimos días se desató una nueva polémica, esta vez desatando un manto de duda sobre la Policía de Río de Janeiro.
Fue el propio ministro de Justicia de Brasil, Torquato Jardim, quien indicó que esta Policía está ligada al narcotráfico, algo que generó tensión entre el gobierno nacional y las autoridades cariocas.
En ese sentido, el jerarca fundamentó su acusación en filtración de información que terminó permitiendo que uno de los jefes del narcotráfico terminara huyendo tras un fuerte operativo.
Debido a esta situación por estas horas se estaba evaluando la posibilidad de crear una tropa elite federal (2500 hombres) a las órdenes del presidente Michel Temer para desplazamientos rápidos en la zona, indica Ansa en base a O Globo.
A esto hay que sumarle el apoyo de las Fuerzas Armadas contra la guerra desatada, aunque ahora sin resultados positivos.
La lucha contra el narcotráfico en Río de Janeiro y las favelas a esta altura se ha transformado en una guerra sin cuartel que deja en vilo no solo a los habitantes de esa ciudad tan especial de Brasil, sino también a visitantes.
Hace poco generó conmoción la muerte de una turista española tras recibir un disparo de un policía militar en la favela de Rocinha, argumentando que el vehículo en el que viajaba se había salteado un puesto de control.
Esta violencia desatada, sumada ahora al tema de la corrupción hace que hoy más que nunca la mirada se vuelva sobre el Cristo Redentor, quien sigue velando y abrazando el dolor de su gente desde lo alto de un morro.
Los obispos también contra la corrupción
Quienes brindaron un fuerte pronunciamiento con respecto al tema de la corrupción en Brasil fueron los obispos a través de una nota difundida por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).
“El divorcio entre el mundo político y la sociedad brasileña es grave”, señalan en un pasaje los obispos.
“Tales prácticas hieren la política y la esperanza de los ciudadanos que parece que ya no creen en la fuerza transformadora y renovadora del voto”, prosiguen.
“Es grave quitar la esperanza de un pueblo. Es urgente estar atentos, pues situaciones como ésta abren espacio a salvadores de la patria, radicalismos y fundamentalismos que aumenta la crisis y el sufrimiento, especialmente de los más pobres, además de amenazar la democracia en el país”, expresan.
Estas declaraciones llegaron un día después de que el Congreso indultara una vez más a Temer, acusado de corrupción, pero también representan una clara señal de la indignación generalizada que provoca esta palabra tan arraigada en el país sudamericano y ahora también salpicando otros sectores que son claves en la lucha contra el flagelo del narcotráfico.
Con información de ANSA, O Globo, CNBB
