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El Cristo roto y mutilado vuelve a su hogar

CHRIST
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Pablo Cesio - Aleteia Chile - publicado el 05/11/17
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Vuelve al Santuario la Candelaria (Chile) tras su restauración y se transforma en signo de encuentro

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¡Cómo no conmoverse con la imagen! Ver a un Cristo mutilado, destruido y tirado en un tarro de basura no debería dejar a nadie indiferente, pues es algo que va más allá de cualquier credo.

Precisamente, este acontecimiento vandálico, que también implicó la rotura de vidrios entre otros destrozos-  fue la que llenó de dolor en el mes de agosto a la comunidad del Santuario Nuestra Señora de la Candelaria ubicado en la localidad de Copiapó, región de Atacama, lugar de fuerte tradición minera en Chile.

 

 

Luego de este violento episodio -en el centro de peregrinación más importante de la región de Atacama- la policía detuvo a tres personas acusadas de estar involucradas en la destrucción gracias a quedaron al descubierto tras subir imágenes de la agresión en las redes sociales.

“Es importante que cada uno de nosotros podamos vivir nuestra fe en sana convivencia”, dijo en ese momento a El Mercurio Francisco Medina, rector del Santuario.

No es la primera vez que ocurren casos similares en esta Iglesia. Hace dos años –también en agosto- resultó quemada la imagen de la Virgen de la Candelaria junto a la de San José.

¿Qué tiene de particular este mes?

Es durante ese mes cuando se realiza lo que se considera la “Fiesta Chica”, momento en que miles de peregrinos llegan al lugar con motivo de la Asunción de la Virgen y representa un tiempo de diversas celebraciones tanto culturales como religiosas. Unos meses antes, durante el mes de febrero, es cuando se vive en este santuario la “Fiesta Grande” precisamente porque por esos días se venera a la Virgen de la Candelaria.

Pero este santuario representa un lugar emblemático con una larga historia que se remonta al año 1780 cuando un hombre llamado Mariano Caro Inca se topó con una piedra que tenía la imagen de la Virgen con el niño grabada y que medía unos 14 centímetros de alto. “Caro Inca, lleno de respetuoso fervor, tomó la imagen en sus manos, llamó a sus compañeros para participarles del hallazgo y luego de colocarla cuidadosamente en la alforja de su mulo, siguieron el camino”, reproduce un sitio dedicado a los santuarios.

El 2 de febrero de ese año Caro Inca decidió arreglar un altar para venerar a la Virgen con el nombre de la Candelaria y desde ahí se levantó un pequeño oratorio que año a año servía como lugar de oraciones. Recién en 1800 el sacerdote de Copiapó Domingo Camona levantó una capilla dedicada a la Virgen hasta que posteriormente se transformó en santuario.

Actualmente el santuario representa un lugar de ferviente devoción y es ahí donde las personas –entre ellos muchos mineros de la zona- acuden tanto para agradecer como para pedir favores.

Signo de encuentro

Lejos de amedrentar a la comunidad, el episodio acontecido con el Cristo que fue mutilado se termina transformando en un signo de “comunión y encuentro”.

Así lo dio a entender el propio Medina, reproduce la Conferencia Episcopal de Chile, quien convocó a una gran celebración este sábado que tuvo como fin compartir la alegría de la restauración de la imagen.

En enero de 2018 en papa Francisco estará en Chile, pero no pasará por la región de Atacama. El lema de su visita es “Mi paz les doy”.  Ojalá esta dura imagen del Cristo destruido quede en el pasado y se fortalezca la sana convivencia en una sociedad que -al igual que muchas otras –mantiene ciertas brechas que también merecen unión y reconciliación.

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