Esta receta se acompaña de una bella historia de caridad con los niños pobres
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Cuando en el 1915, la zona del Abruzzo (Italia) era desvastada por un terrible terremoto, un sacerdote, con infinita paciencia, pasaba el día socorriendo a los niños más pobres víctimas del sismo. Este curita era san Luis Orione.
Con un pequeño camión, subía los montes en los Apeninos. Y como si fuera una triste escena de un libro de cuentos, luchaba con los lobos que acechaban hambrientos a los pobres huerfanitos aterrorizados. Uno a uno los recogía, los vestía, calmaba su hambre con galletitas y los consolaba con gustosos chocolatinas (gianduiotti), mientras decía: “Oh, estos perros salvajes, no quieren parar de ninguna manera…”
Y así hasta agotarse, en ayunas y con frío, don Orione, logró salvar a decenas de niños.
Hoy te traemos la receta de este chocolatín que combina sus simples ingredientes con la dulzura infinita de la caridad.
Ingredientes:
300 gr. De chocolate negro
100 gr. De pasta de avellanas
Preparación:
Derretir el chocolate a baño maría, agregar la pasta de avellanas y amalgamar bien el compuesto con una espátula de madera. Agregar el preparado en pequeños moldes para chocolatinas y dejarlos enfriar por al menos 6 horas.