Asesinato en el Orient Express, que estrenará en unos días Kenneth Branagh, ha puesto de nuevo de actualidad a la célebre Agatha Christie y de paso también, a alguno de sus más famosos –y exitosos- émulos, Jessica FletcherEl inminente estreno de Asesinato en el Orient Express una nueva adaptación de la obra de Agatha Christie, vuelve a poner en escena a uno de los protagonistas más singulares de las novelas policiacas.
Al igual que Sherlock Holmes, recuperar a Hercules Poirot huele a éxito. Los personajes clásicos vuelven una y otra vez a la pequeña y a la gran pantalla, para saciar el apetito de millones de lectores ávidos de ver a sus detectives novelescos en carne y hueso. Agatha Christie es hoy todavía uno de los escritores que más libros ha vendido en la historia.
En la nueva versión de Asesinato en el Orient Express, Kenneth Branagh se mete en la piel de Poirot y serán inevitables las comparaciones con Peter Ustinov y el eterno David Suchet.
Pero si hay alguien que se ha interpretado como nadie un personaje de Agatha Christie ha sido Angela Lansbury y no por su papel de Miss Marple en El espejo roto (1980) –que también era una adaptación de un relato de Agatha Christie- sino por una de las series que mejor ha sabido reflejar el espíritu de la escritora más prolífica de la literatura inglesa.
Lansbury interpretó durante doce temporadas a Jessica Fletcher en Se ha escrito un crimen, un papel con el que saltó a la fama a pesar de que ya era una veterana del cine que había trabajado con directores de renombre como Vicente Minelli o George Cukor.
En Se ha escrito un crimen Angela Lansbury interpretaba a Jessica Fletcher, una especie de versión contemporánea de Miss Marple, un personaje muy recurrido en la obra de Christie que como Fletcher, era una dama ya con unos años aficionada a dejar en ridículo a los más experimentados detectives de la policía. En la serie, Fletcher era una viuda jubilada que escribe novelas de misterio y que allí dónde es invitada solía cometerse un crimen. La gente comenzó a pensar si valía la pena invitar a Jessica Fletcher.
Buena parte de la acción transcurría en un pueblo ficticio, Cabot Cove (en realidad, California), una población situada, según la serie, en la costa de Maine, el estado más al norte de la costa este. Casi en Canadá. Según la serie, en Cabot Cove vivían algo más de 3.500 habitantes y según un cálculo que en su día publicó el The New York Times, de ser ciertas las historia de Se ha escrito un crimen, de tanto asesinato, el dos por ciento de la población habría sido víctima de un asesinato.
Se ha escrito un crimen estuvo en antena doce años y se emitió en todo el mundo y aún hoy se puede ver en algunos canales de televisión. Lo curioso es que la serie sigue teniendo éxito pero su audiencia no interesa a los anunciantes. Suele ser gente mayor que disfrutan como niños con las pesquisas de la Fletcher. Estúpida publicidad.
Durante unos años se estuvo especulando sobre la posibilidad de hacer un remake para televisión pero la idea se descartó. Tal vez porque al público de hoy no le interesan las historias de crímenes e investigación si no hay violencia y sexo y en Se ha escrito un crimen no había ni una cosa ni otra.
En la serie creada por Peter S. Fischer, Richard Levinson y William Link lo que había era una confianza absoluta por el guión, por la trama, por el suspense y por el buen hacer de los actores. Demasiado para estos tiempos. Se ha escrito un crimen rezumaba clasicismo porque también era una ficción sencilla pero efectiva. Descubrir quién es el asesino nunca ha sido fácil y menos aún contemplarlo en una pantalla, sea grande o pequeña.
Veremos qué es lo que hace Kenneth Branagh con su Asesinato en el Orient Express porque no es sencilla la empresa que tiene entre manos.