Rodeado de regalos, majestuosamente adornado con bolas y guirnaldas luminosas, el árbol de Navidad se decoraba originalmente con frutas, flores y dulces.
La costumbre apareció en Alsacia en el siglo XVI. Por entonces, los habitantes solo tenían autorización para talar los abetos a partir del 21 de diciembre y no los colocaban en sus casas hasta el 24 de diciembre. Más tarde, la tradición fue evolucionando. Algunos colocan la decoración de una a dos semanas antes de Navidad para conservarla bien hasta la noche de Navidad, otros siguen la tradición cristiana y toman el calendario de Adviento como referencia.
Colocar el árbol de Navidad al comienzo del Adviento, según la tradición cristiana
Según la tradición cristiana, es costumbre decorar el árbol de Navidad a partir del primer domingo de Adviento, (el 29 de noviembre de este año) y mantenerlo en casa hasta la Epifanía, el 6 de enero.
De hecho, si el abeto está allí para decorar y dar un ambiente cálido al interior de la casa, lo está sobre todo para acompañar este período de espera al nacimiento de Cristo.
Según la tradición ortodoxa, se prepara el 6 de diciembre, día de San Nicolás.
Colocar el árbol de Navidad 2 semanas antes del 25 de diciembre para conservarlo bien
Si escogemos un árbol artificial, no es ningún problema colocarlo un mes antes. Pero la cosa cambia si es natural y en función de su variedad. Si opta por el "auténtico" abeto de Navidad, se recomienda adquirirlo dos semanas antes del 25 de diciembre, para que se conserve bien y resplandezca en el día D. Esto es especialmente conveniente para los árboles cortados y no plantados en macetas, porque se secan más rápido.
Colocar el árbol de Navidad justo antes de Navidad para aprovechar las ofertas
Por último, después de los criterios de la tradición y la conservación del abeto, hay que tener en cuenta el presupuesto que se tenga previsto.
Los árboles de Navidad son a veces más baratos cuando se compran una semana antes de Navidad, o incluso el día anterior, porque las tiendas están tratando de vender sus existencias. Si uno se arrepiente de no aprovecharlo más temprano, nada nos impide mantenerlo más tiempo después de las vacaciones.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición francesa de Aleteia y ha sido traducido y adaptado para sus lectores de habla hispana.