Tras el paso del huracán Irma por Cuba
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Aunque menos devastador que en Puerto Rico y en otras islas caribeñas, el paso del huracán Irma –el más violento en la historia moderna, categoría 5 en la Escala de Saffir-Simpson, con rachas de viento de más de 250 kilómetros por hora, lluvias intensas y marejadas con olas de hasta nueve metros de altura—golpeó severamente a Cuba.
Según datos oficiales diez personas perdieron la vida y en amplias zonas del país se registraron inundaciones, derrumbe de casas, voladura de techos, interrupción de servicios básicos, ruptura de carreteras y puentes, etcétera. “Ciertamente, los huracanes no son raros en el Caribe, pero Irma sobrepasó todo lo que se había visto en los últimos años”, dice un reciente boletín de Ayuda a la Iglesia Necesitada-México (ACN).
El informe de esta que es una de las 22 oficinas nacionales que tiene en la actualidad ACN, recuerda que también se han visto afectadas por la catástrofe natural varias diócesis de la Iglesia Católica cubana. Los creyentes, consternados, comprobaron cómo el huracán había devastado sus iglesias”, dice el boletín.
Y, para dar un ejemplo, habla de la arquidiócesis de Camagüey, donde una capilla quedó totalmente destruida, tres iglesias amenazan ruina y otras cinco iglesias y capillas han sufrido graves daños. Allí, el huracán permaneció nueve horas y hubo que evacuar a miles de personas.
El arzobispo de Camagüey, Wilfredo Pino Estévez visitó los lugares devastados en cuanto amainó la tormenta. En la ciudad de Esmeralda, especialmente afectada, se encontró con una iglesia totalmente destruida: “Fue doloroso ver nuestra iglesia a ras del suelo, con bancos derribados e imágenes de santos destruidas”.
A pesar de que no había cesado de llover, se encontró allí a un matrimonio. La mujer, llamada Ismaela, le dijo: “Señor arzobispo, la capilla se ha derrumbado, pero no así la Iglesia”, porque la Iglesia “no es un edificio de piedra, sino el cuerpo vivo de Cristo, y este no puede verse afectado por un huracán, aunque se derrumben los edificios”, subraya el boletín de ACN.
Tras el recuento de daños, ha llegado el momento de la reconstrucción. El arzobispo Pino está preocupado sobre todo de la gente que se ha quedado sin hogar por el huracán Irma. “Por ello, le ha pedido a ACN que lo ayude para comprar 6.500 techos de lata: 5.000 los quiere poner a disposición de los necesitados, para que las familias vuelvan a tener un techo sobre sus cabezas, y el resto lo necesita para reparar algunos de los edificios eclesiales”, dice el boletín en español del organismo cuya sede central está en Königsberg (Alemania).
ACN ha propuesto una ayuda extraordinaria al arzobispo Pino y a la arquidiócesis de Camagüey por 34,300 euros. Y se puede pasar a formar parte de esta y otras campañas en https://acn-mexico.org/donativo
Hay que recordar que Ayuda a la Iglesia Necesitada, Fundación de la Santa Sede, fue promovida por el Papa Pío XII e iniciada por P. Werenfried van Straaten en 1947, para ayudar pastoralmente a la iglesia necesitada o que sufre persecución en cualquier parte del mundo.
En la actualidad, apoya proyectos en más de 140 países del mundo, y desde su oficina de México ha emprendido este camino de reconstrucción de la Iglesia que sufre en Cuba.