La nueva adaptación de K. Branagh muestra a un Poirot cuya racionalidad deja de ser omnipotente ante el dolor humanoAsesinato en el Orient Express, dirigida e interpretada por Kenneth Branagh en el papel del famoso detective Hercule Poirot, es la cuarta adaptación de la novela que Agatha Christie publicara en 1934 y que tenía, como punto de partida, el famoso por la época secuestro del hijo de Charles Lindbergh.
Primero fue la realizada por Sidney Lumet en 1974, después, en 2001 y en 2010 se produjeron sendas adaptaciones para televisión, la segunda de ellas con David Suchet, el Poirot televisivo, como protagonista.
Teniendo en cuenta lo anterior, y que más o menos el espectador puede saber cuál es la resolución del misterio, no deja dejaba de ser un gran riesgo poner en marcha una producción de este tipo. Evidentemente, no podemos desvelar nada de la trama, pero sí que Branagh y Michael Green, su guionista, se las han ingeniado para conseguir conducir la película hacia un lugar diferente.
Como director, Branagh ha tenido en cuenta la versión de Lumet, pero no para crear sus imágenes y la atmósfera de la película, dado que esta versión es mucho más colorista y posee un ritmo más enérgico en los movimientos de cámara. Pero sí la ha tenido a la hora de recuperar un sentido de gran producción de prestigio adaptándola al presente.
Así, Asesinato en el Orient Express puede verse como un blockbuster dirigido a un cualquier público, pero puede que, con más precisión, a uno que pueda rememorar un tipo de cine que busca la elegancia de sus formas y que aúna en su interior entretenimiento con un discurso de fondo.
Quizá no pueda compararse, por ejemplo, a la de Lumet en cuanto al peso de los nombres propios de los actores, no tanto por cuestiones de calidad interpretativa, sino por la fuerza popular que tenían aquellos con respecto a los de la nueva versión. En esta cuestión, no ha conseguido Branagh ni acercarse, pero en gran medida porque un elenco como aquel, apenas es impensable hoy en día por su ambición.
También porque en Asesinato en el Orient Express la figura de Poirot acapara en gran medida todo el relato. Hay quien dirá que se debe al ego de Branagh, idea que más o menos se ha extendido para comentar cualquiera de sus películas, como decir, como ya se ha dicho, que esta nueva versión posee un acercamiento en la línea de los dramas de Shakespeare, algo un tanto erróneo.
Pero lo cierto es que, en efecto, Poirot se presenta como la figura principal desde el comienzo, cuando ya se perfila en esa obsesión por la razón y por la geometría de la realidad, por los hechos racionales frente a cualquier otra consideración. Y suele funcionarle, claro. Pero si en algo han variado con respecto a la versión de Lumet, e incluso a la obra de Christie, y tiene relación directa con Poirot, se encuentra en que al final, el famoso detective no es capaz de saber si él es alguien para juzgar los hechos y a los implicados cuando está en juego elementos que van más allá de la razón y juegan en el terreno de los sentimientos y de las emociones.
Asesinato en el Orient Express puede no estar desarrollada en nuestro presente, y sin embargo, posee una mirada precisa hacia algunas cuestiones muy relevantes a nuestra realidad. Poirot no es capaz de diferenciar entre el bien y el mal, sobre todo cuando debe juzgar a alguien cuya conciencia, como dice un personaje, quedó tiempo atrás enterrada debido a un enorme dolor.
Poirot se enfrenta, al final, a unos personajes heridos y sin alma y, ante eso, Poirot acaba dudando de su racionalidad, de su deseo de estar ante un mundo ordenado y sin quiebras. Ahí, la nueva Asesinato en el Orient Express se aleja de la versión de Lumet y entrega una mirada totalmente nueva y muy cercana a una realidad en permanente duda.
Ficha Técnica
Título original: Murder on the Orient Express (2017)
País: Estados Unidos.
Director: Kenneth Branagh
Guión: Michael Greeen, a partir de la novela de Agatha Christie.
Música: Patrick Doyle.
Intriga. Crimen.
Reparto: Kenneth Branagh, Penélope Cruz, Willem Dafoe, Judi Dench, Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Daisy Ridley.