Cuando un pequeño ser recién llegado entra en nuestras vidas, los trastornos son inevitables. Nuevo ritmo, nuevos hábitos, nuevas prioridades… Lo ideal es que el trabajo se haga en equipo, con la pareja. ¿Cómo puede el joven papá apoyar y ayudar a su esposa para que todos puedan vivir mejor esta nueva etapa con un bebé?
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Cuando llega un niño nuevo a la familia, los hábitos de un hogar a menudo se ven perturbados, especialmente al principio, hasta que todos pueden reestablecer sus costumbres. Padre y madre tienen unas prioridades nuevas y deben adaptarse a un ritmo nuevo, generalmente basado en el del bebé.
Con frecuencia, es la joven madre la que cuida principalmente del bebé, sobre todo si está amamantando, pero en cualquier caso, tanto la madre como el padre tienen papeles capitales en esta nueva organización.
De hecho, el joven papá puede ayudar y apoyar a la mamá en muchas cosas, mientras que se dedica plenamente a su papel de padre con su bebé. El padre es un pilar nada insignificante, que contribuirá al buen desarrollo de la vuelta a casa y de los primeros meses con el recién llegado necesitado de cuidados.
Tomar el relevo
Una de las primeras cosas que aliviará a la joven madre es turnarse el bebé regularmente durante el día. Incluso unos meros 20 minutos pueden ayudar. Dar el biberón, cambiarlo, vigilarlo, consolarlo cuando llore… Hay un montón de pequeñas cosas que te tomarán solo unos minutos, pero dejarán a la mamá libre para hacer otra cosa y cuidar de sí misma. ¡Son también unos momentos preciosos para pasar con el recién nacido!
Realizar las tareas domésticas
Obviamente, después del parto, la joven madre no está en demasiada buena forma. Tanto más teniendo en cuenta que cuidar de un bebé requiere mucha energía. Así que cuando las noches son cortas y con interrupciones, se pone a prueba la paciencia de todos.
Por lo tanto, para ayudarle concretamente durante el día, es bueno repartirse las tareas domésticas. El joven padre puede ocuparse de la comida, tal vez hacer cosas que está menos acostumbrado a hacer en la casa. Es una gran oportunidad para empezar a cocinar o hacer la colada, si son cosas de las que suela encargarse la mamá.
Ocuparse de los otros niños
En la misma línea, si ya tenéis hijos, llevarlos a una excursión durante medio día, turnarse para ocuparse de la escuela, ayudar con las comidas, con los deberes, levantarlos y/o acostarlos… son cosas que pueden ayudar mucho a la madre y sobre todo, darle tiempo para descansar o dedicarse al bebé.
De hecho, las primeras semanas, la madre y el bebé necesitan mucho tiempo juntos, la necesidad de proximidad solo se desvanece con el tiempo, gradualmente.
Por supuesto, también es aconsejable organizar momentos en los que la madre pase tiempo con los hijos mayores, cuando el papá pueda hacerse cargo del bebé; o incluso momentos en familia, todos juntos. Lo importante es variar para que los momentos sean agradables.
Cuidar de la esposa
Con toda la agitación y la actividad alrededor del bebé recién nacido, es fácil olvidarse el uno del otro y descuidar a la pareja. Sin embargo, la esencia misma de una relación, de una vida en común, es cuidar el uno del otro.
Este período es probablemente un momento en el que la joven madre está tan concentrada en su bebé que se olvida de pensar en ella misma. Por lo tanto, es muy de agradecer que su marido le preste una atención especial.
Una palabra dulce, un momento de relajación, una cena a la luz de las velas, preparar un buen baño caliente, regalar un libro o una película que ella quisiera desde hace mucho tiempo… Hay muchísimas pequeñas cosas que la harán sentir mejor.
Por otra parte, escucharle también es importante. De hecho, la joven madre, sea o no primeriza, siempre tiene muchas dudas y temores, cansancio y preocupaciones diversas. De modo que se sentirá aliviada de poder desahogarse con alguien que le preste atención y compartir sus sentimientos, escuchando también lo que tenga que decir papá, claro.
Realzar a la mujer
Aprovechar las oportunidades de recordar a la esposa lo hermosa que es, cuánto te gusta cuando se pone ese vestido o cuando se recoge el pelo de una manera en particular… Es una gran manera de fortalecer su autoestima, después de una prueba de vida en la que quizás tenga dificultades para reconocer su cuerpo.
El período postnatal no es el momento más fácil en la vida de una mujer. Su cuerpo ha sufrido cambios, ha dado a luz y su condición ha cambiado un poco: tiene un bebé a su cuidado, es madre. Ayudarla a seguir sintiéndose mujer es crucial para su bienestar físico y psicológico, algo en lo que el padre tiene un papel primordial.
Interesarse, informarse
Muchos padres querrían poder ayudar a sus esposas, pero se sienten perdidos, no saben qué hacer o decir y a menudo temen hacer las cosas mal. Por esta razón, es importante que el padre se informe también de los distintos tipos de ayuda pertinentes, que participe si es posible en los cursos prenatales que se ofrecen en los hospitales y que aprenda con la madre acerca de los cuidados de maternidad, si puede ser. Lo más importante, aunque quizás no lo más obvio, ¡es atreverse!
Al principio, el joven padre puede quedar impresionado por el pequeño tamaño de su bebé, y por lo tanto, tener miedo de cuidarlo. Que no dude en participar con la madre, que lo intente, ganará confianza poco a poco. Irá creando el hábito y los miedos irán desapareciendo. Una vez informado sobre el papel de padre, se sentirá más cómodo y mejor capacitado para apoyar a su esposa que, en esta situación, es su aliada.
Tomarse un tiempo
Para tener un poco tiempo con la familia, el joven padre puede beneficiarse de un permiso de baja por paternidad. Para obtener más información sobre este permiso, puede visitar el sitio web correspondiente en su país.
También puede ser una oportunidad para coger unos días de vacaciones para que la familia tenga tiempo de volver a encarrilarse. Dedicarle tiempo a la esposa, a los hijos, tomarse un tiempo para observar los cambios y necesidades de cada uno, ¡aquí hay un papel en el que el padre tiene muchísima importancia!
