Para terminar de decorar el árbol de Navidad, el más pequeño de la familia pone una estrella en la cima. Pero antes todos habrán decorado afectuosamente el árbol: a sus pies se colocarán regalos en Nochebuena.Según esta tradición, el árbol de Navidad se termina de colocar en Nochebuena, es decir, el 24 de diciembre, y debe ser retirado doce noches más tarde, para la Epifanía. Sin embargo, lo cierto es que es un periodo muy corto para disfrutar de tan hermosa decoración… Por otro lado, vemos árboles de Navidad “floreciendo” por todas partes ya desde principios de diciembre, si no antes…
Las primeras decoraciones del árbol de Navidad tienen en su origen un significado especial: el abeto, símbolo del paraíso, se decoraba con manzanas rojas, la fruta prohibida, y obleas que representaban las hostias de la Eucaristía. Siempre se coronaba con la estrella de Belén.
La Reforma contribuyó a la difusión de la costumbre del árbol de Navidad, ya que los protestantes preferían el abeto navideño a las representaciones de las figuras bíblicas de la Natividad.
La estrella y las bolas de Navidad
La estrella, símbolo luminoso que condujo a los Reyes Magos hacia Cristo, fue durante mucho tiempo una vela encendida en la cima de los árboles de Navidad que se instalaban bajo los pórticos de las iglesias…
Pero ante el riesgo de incendio, pronto se prefirió cambiar la vela por una estrella dorada. Y como recordatorio de que se trataba de la celebración de un nacimiento, se pedía al miembro más joven de la familia que lo colocara en la punta.
En cuanto a las bolas, durante un duro invierno en el que no había manzanas rojas que colgar en el abeto, los trabajadores de las cristalerías tuvieron la idea de reemplazarlas por bolas de cristal.
Las decoraciones de Navidad
La imaginación es la reina cuando se trata de la decoración del árbol de Navidad. Y aunque un pastor protestante lo viera con malos ojos en el Catecismo publicado en 1642, rápidamente se colgaron del árbol rosas de papel, dulces y juguetes. Los primeros abetos iluminados, gracias a las cáscaras de nueces rellenas de aceite, aparecieron a finales del siglo XVII.
La elección del árbol de Navidad
Para añadir encanto a la decoración… ¡también es necesario tener en cuenta el olor! Una cuarta parte de los abetos producidos en Francia proviene del macizo de Morvan, en Borgoña.
Algunas variedades de abetos, como el de Nordmann, tienen la ventaja de desprender una agradable fragancia y de no perder sus agujas, menos punzantes que las de la pícea. Además, también soporta bien las bolas de Navidad, que a veces pueden ser muy pesadas.
Para instalarlo, es aconsejable tener un medio tronco de madera con la cara plana en el suelo, con un agujero en la parte superior para encajar el tronco o una maceta grande llena de arena, tierra, piedras o guijarros.
Otra técnica, heredada de la tradición alsaciana, consiste no en fijar el abeto sobre un soporte, sino en colgarlo del techo o de una viga de la casa, lo cual evita que caiga debido a los niños, las mascotas…