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Trucos de una soprano para inculcar la música clásica a los niños

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Lauren Turner - publicado el 09/12/17
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Una cantante de ópera nos enseña cómo fomentar en los más pequeños el amor a la música clásica

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Como soy cantante profesional, mis cinco hijos pequeños están familiarizados con la música clásica. Cuatro de mis hijos incluso podrían ser considerados “profesionales”, ya que estuvieron conmigo en el escenario durante muchas actuaciones operísticas (aunque entonces estaban ocultos en mi vientre).

En mi casa, mis ensayos a menudo se ven interrumpidos con frases como “¡Mamá, cantas muy alto! ¡Quiero ver la tele!” o “¿Por qué cantas en español?” (es italiano en realidad) y mi favorita, “¿Has terminado ya?”.

Mi marido también es músico profesional y mis hijos van a una escuela católica con un programa clásico que incluye clases de música casi todos los días de la semana.

Aun así, fomentar el amor por la música clásica en nuestros hijos no ha sido fácil.

Y para padres sin nuestra variedad de recursos, parecería casi imposible. Pero no lo es. De hecho, hay unos cuantos recursos muy buenos a vuestra disponibilidad. Las tres sugerencias siguientes os ayudarán a construir en vuestros hijos los cimientos de un amor por la música para toda la vida (y quizás fortalezcan vuestro propio interés también).

1. Beethoven’s Wig

Hoy en día parece que pasamos casi la mitad de la vida dentro del coche. Así que, ¿por qué no convertir ese tiempo de viaje en algo divertido y didáctico? Probad con un CD llamado Beethoven’s Wig mientras corréis de un lado a otro de la ciudad.

Richard Perlmutter y los músicos de formación clásica que participan en los CD de Beethoven’s Wig  han creado las que posiblemente sean las letras más divertidas para las obras maestras de la música clásica más famosas, incluyendo Por favor no toques el violín de noche (Eine Kleine Nachtmusik, Mozart), Franz Liszt el pianista famoso (Rapsodia húngara n.º 2, Liszt) y la canción que da título al álbum, La peluca de Beethoven (Sinfonía n.º 5, Beethoven).

El grupo de Perlmutter tiene incluso un par de vídeos en Youtube. Algunos de los vídeos han sido animados profesionalmente, mientras que otros son actuaciones en directo. Los dos son fantásticos.

Además de ser entretenidas, muchas de las canciones destacan hechos curiosos y educativos sobre los compositores, las canciones, los instrumentos y/o el género musical. También hay preguntas de cultura general y actividades para niños, padres y educadores en el cuadernillo interior.

Hasta la fecha se han publicado cinco CD de esta colección, cada uno compuesto por interpretaciones vocales de cada pieza además de las originales.

2. Combinar  CDs y libros para ayudarles a conocer los instrumentos

Todos y cada uno de los compositores e intérpretes tienen su propia manera distintiva de interpretar una pieza de música para ayudar a los oyentes a evocar nuestras propias ideas y emociones. Pero a veces todos necesitamos un poco de ayuda (no solo los niños).

 

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Libros como Henry’s Parade (ed. Kindermusik), The Composer Is Dead, de Lemony Snicket, y Pedro y el Lobo de Sergei Prokofiev, vienen acompañados de un CD que reproducir durante la lectura.

Estos libros ayudan a los niños a identificar con precisión los instrumentos y sus correspondientes sonidos. Los libros y CD son preciosos e interesantes por separado, así que sin duda es un punto más a favor para quienes resultan ser menos que perfectamente organizados.

3. ¡La experiencia auténtica!

¡Participad! Coros de niños, en el colegio, en la iglesia, clases para grupos y privadas… Hacer música y vivirla es la mejor manera de que los niños se interesen en ella, porque les permite establecer un vínculo físico con el arte.

Como maestra particular de música, he descubierto que el motivo más habitual por el que no hay más niños participando en crear música en un entorno estructurado es porque los padres creen que “mi hijo no tiene tanto talento ni interés en la música”. Pero a menudo sí los tienen. Simplemente, no saben cómo decirlo a los padres.

El dinero y el tiempo también son obstáculos comunes para las familias. Pero la mayoría de los coros de iglesia son gratuitos (algunos requieren un pequeño pago para entrar, pero normalmente puede dispensarse de ser necesario) y pueden unirse músicos de casi todos los niveles.

Buscad coros infantiles o preguntad por profesores particulares de música, si estáis buscando una formación más individualizada que se ajuste al nivel y horario de vuestro hijo. Si tenéis varios hijos o buscáis una opción más barata, buscad clases grupales o preguntad por becas.

Aunque la mayoría de músicos profesionales se ponen de acuerdo en muy pocas cosas, la norma general de la experiencia dice que el piano y el coro son las mejores opciones para los principiantes, pero servirá cualquier instrumento que llame la atención a vuestro hijo o hija.

¡Adelante, maestros, a disfrutar haciendo música!

 

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