Las celdas de piedra en las que vive el heroico Jedi están llenas de pasado cristiano
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En el último capítulo de la saga de la Guerra de las Galaxias, Luke Skywalker y la nueva heroína Rey se encuentran en una isla ultraterrena. En El Despertar de la Fuerza se dice al público que la isla es la sede del primer templo Jedi.
Es interesante que para filmar la morada espiritual del Jedi se haya ido a un verdadero monasterio de la costa de Irlanda, y que las cabañas de la isla tengan un rico simbolismo espiritual.
Tras llegar a la isla, ahora conocida como Skellig Michael, los monjes cristianos en el siglo VI tuvieron que crear estancias que fueran tan funcionales como espirituales.
En los siglos posteriores, construyeron un tipo de edificios que se pueden encontrar en muchos lugares de Irlanda, conocidos popularmente como celdas “colmena”, y que en gaélico reciben el nombre de clochans. Las estructuras de piedra se construyeron con las piedras locales disponibles, y su fin era defender a los monjes de las inclemencias del tiempo.
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Las investigaciones arqueológicas han identificado los restos de seis celdas-colmena, cada una de las cuales solía acoger a 2 o 3 monjes. Se usaban principalmente como dormitorios.
Se cree que en la isla nunca llegó a haber más de 12 o 13 monjes al mismo tiempo.
Las celdas se proyectaban con una arquitectura particular, que recuerda una colmena artificial, un cesto entretejido con forma de cúpula que se colocaba sobre las abejas.
Las abejas eran reverenciadas tanto en las culturas paganas como en el cristianismo, y eran familiares a las antiguas poblaciones de Irlanda. Se las consideraba como símbolos de la sabiduría, y su vida ordenada en la colmena ofrecía un punto de partida a la meditación de los monjes.
San Francisco de Sales subraya la actividad de las abejas con una analogía, refiriéndola al sacrificio de la Misa: “cuando la abeja ha recogido el rocío del paraíso y el más dulce néctar terreno de las flores, lo transforma en miel, que lleva en seguida a la colmena. Igualmente, el sacerdote, tras haber tomado del altar al Hijo de Dios (que es el rocío del paraíso y el verdadero hijo de María, flor de nuestra humanidad), se lo ofrece como alimento delicioso”.
Los monjes de Skellig Michael recibían constantemente el “rocío del cielo”, y después volvían a sus colmenas para meditar sobre los misterios de la vida.
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Así que, cuando vean Los Últimos Jedi y contemplen a Luke Skywalker salendo de su celda-colmena, piensen en los monjes que usaban esas celdas para la meditación y la contemplación, saboreando la miel que recibían del cielo.