Una visión positiva de la vida aumenta la longevidadInvestigaciones indican que a partir de los 50 años el optimismo y la satisfacción con la vida disminuyen el riesgo de muerte en hasta un 18%.
La ciencia dice que las personas pesimistas tienen un 20% más de riesgo de morir precozmente.
Al mantenernos optimistas en relación a la vida nos adaptamos más rápidamente a las situaciones de conflicto, encaramos los problemas no como el fin de todo, sino como un medio para alcanzar nuestros objetivos.
El optimismo nos ayuda a superar los percances y nos mantienen con buena disposición y alegría.
Que no se confunda con falta de problemas. Tampoco se trata de vivir fuera de la realidad, sino de dar énfasis al lado positivo de las personas y situaciones. La manera como miramos la vida hace toda la diferencia; el vaso medio vacío para unos y medio lleno para otros.
Paul Dolan reveló en una entrevista a la revista Veja que “es fundamental unir el placer y el propósito y cultivar las relaciones sociales”.
El economista inglés que pasó los últimos diez años investigando lo que lleva a una persona a ser feliz, considera que la felicidad es una combinación de placer con propósitos a lo largo del tiempo y dice: “Mi orientación es para que las personas centren su tiempo y energía en lo que realmente les hace bien”.
Las personas que logran sentir satisfacción en la vida son las que definen lo que causa esa sensación y se dedican a ella.
Un simple placer no pasa de un momento ínfimo, a traer gran sufrimiento posterior. Pero si hubiera en ello un propósito mayor, que acrecentara un bienestar duradero para sí mismo y también para otras personas, eso sería felicidad.
Quien ha entendido que no puede ser feliz solo y que, por eso, no tiene sentido rodearse de emociones destructivas, tales como los celos y la envidia, siente satisfacción en la vida.
Y quien siente satisfacción no se pierde en la ansiedad, vivir lo mejor del momento y es en eso que encuentra la disposición para buscar lo que desea.
La cuestión que nos encontramos se refiere al punto objetivo por el cual se define el sentimiento real de satisfacción, que es un punto subjetivo.
Saber lo que nos causa felicidad es, pues, el inicio de ese trabajo continuo de escoger vivir lo mejor de cualquier situación.
Eso sí es dedicarse a algo que vale la pena.
Por Suely Buriasco