La basílica fue construida sobre la cueva de Belén donde nació el niño Cristo.
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Una visita a la Tierra Santa no estaría completa sin una parada en uno de los lugares más santos de la cristiandad: la iglesia de la Natividad en Belén. Encargada en el año 327 por el primer emperador romano cristiano, Constantino, y su madre Helena, la iglesia se construyó sobre la cueva, conocida como “la Gruta”, donde la Virgen María dio a luz a Jesús.
La autenticidad del lugar se basa en los escritos del apologista cristiano Justino Mártir (100-165), donde señala que la Sagrada Familia buscó refugio en una cueva a las afueras de Belén.
Pero cuando el Niño nació en Belén, ya que José no pudo encontrar un alojamiento en el pueblo, se alojaron en cierta cueva cerca del pueblo; y mientras estaban allí, María dio a luz a Cristo y Lo colocó en un pesebre, y entonces los Magos que vinieron de Arabia Lo encontraron. (Capítulo LXXVIII).
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Además, el filósofo griego Orígenes (185 – hacia 254) escribió:
En Belén enseñaban la cueva en donde nació Cristo, y el pesebre en que fue colocado envuelto en sus pañales. Añadiendo que era opinión recibida, aun por los infieles de aquella comarca, que el Jesús que adoraron los cristianos había nacido en aquella caverna. (Contra Celsum, Libro I, capítulo LI)
Esta basílica, la más antigua completa del mundo y en continuo funcionamiento, ha sobrevivido a la guerra, la rebelión y a reformas durante siglos.
La iglesia original construida en el 330 por Constantino fue destruida, probablemente durante la rebelión samaritana de 529. El emperador bizantino Justiniano reconstruyó el edificio actual, mucho más grande, que vemos hoy día.
Cuando los soldados persas invadieron Belén en 614 con la intención de destruir todas sus iglesias, se dice que dejaron indemne la iglesia de la Natividad cuando vieron en ella un mosaico que representaba a los Reyes Magos con atuendos persas.
Durante la ocupación arabomusulmana en 638, cristianos y musulmanes coexistieron pacíficamente bajo el reinado del califa Omar. Tras ocupar Belén, el califa sentó el tono de la convivencia al entrar a rezar en el ábside sur de la iglesia. Desde entonces, la iglesia se convirtió en un lugar de oración tanto para cristianos como para musulmanes.
Sin embargo, durante los últimos califatos, los cristianos sufrieron persecución y muchos lugares de la Tierra Santa fueron destruidos. La iglesia de la Natividad fue amnistiada una vez más, posiblemente por su significación como lugar de nacimiento de Cristo, a quien los musulmanes consideran un importante profeta, y por el hecho de que había una mezquita emplazada dentro de la iglesia.
Un momento memorable de la visita de la iglesia es acercarse a la Gruta de la Natividad. Los peregrinos hacen cola para tocar una estrella con las palabras inscritas “Hic de Virgine Maria Iesus Christus natus est”, que marca el lugar donde nació Jesús.
Administrada de forma conjunta por católicos romanos, ortodoxos griegos, apostólicos armenios y ortodoxos siriacos, la iglesia de la Natividad fue declarada, como lugar amenazado, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2012, y ha sido objeto de una renovación general desde 2013.
Durante la restauración, los trabajadores descubrieron un mosaico de 1700 años de un ángel, que había quedado oculto bajo el enyesado. Aunque no se espera que las obras se terminen hasta el 2020, los peregrinos siguen visitando este lugar sagrado.
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