Aquí tienes 3 ejemplos de personas que han acudido a un especialista, desde el respeto por su fe, para resolver problemas ligados a su sexualidad.
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¿Que los católicos y el sexo no hacen buena pareja? En cualquier caso esa es la imagen que la Iglesia da a quienes quizás no tengan acceso a sus enseñanzas. Y es que Amoris Laetitia, por ejemplo, habla positivamente del erotismo y el mismo Jesús resucitado escoge como primera portavoz a una mujer, y además antigua prostituta. Entonces, ¿qué relación tienen los católicos con el sexo y a quién hay que consultar cuando la sexualidad se convierte en problema?
Religión y sexo: ¿qué relación hay?
Católica y consejera matrimonial, Nathalie Lovenbruck acaba de escribir Aimer de tout son corps: vers l’harmonie sexuelle [Amar con todo el cuerpo: hacia la armonía sexual]. Si ella deseaba escribir este libro era precisamente “porque la gente que encuentro tiene aspiraciones profundas a través de su sufrimiento y tanteos. Me maravillo en su búsqueda de relación y quería ofrecerles una perspectiva cristiana para dar coherencia a lo que puedan vivir”.
Para esta especialista en pareja, “la sexualidad es un camino de respeto, de entrega y de conocimiento del otro. El hecho de que Dios se haya encarnado y elegido convertirse en un ser de relación ofrece todo su sentido a la sexualidad humana, que está llamada a ser su reflejo, extrayendo de ahí su fuente. Vemos que la sexualidad encuentra su significado en una relación de amor, una dimensión que la sociedad oculta, lo cual es causa de sufrimiento. La sexualidad no se limita a la genitalidad, sino que concierne a las personas en todas sus dimensiones, en la aceptación de la diferencia”.
A veces es un camino doloroso, especialmente para algunos cristianos que están divididos entre sus aspiraciones y la pobreza de lo que experimentan. No obstante, este camino está señalizado, sobre todo por la teología del cuerpo de san Juan Pablo II, y para el que es posible una ayuda concreta, en particular con algunas citas con un sexólogo.
¿Qué pasa en la consulta del sexólogo?
El proceso estresa a la gente, como si ir a ver a un sexólogo pudiera empeorar las cosas o estuviera reservado a los casos “graves”. Algunos católicos estarían tentados de espiritualizarlo todo, una especie de huida de la introspección psicológica. ¿Pero qué hay de aquellos que se arriesgan a ir? Le hemos pedido a Olivier y Marie-Noël Florant que compartan su experiencia como cristianos y sexólogos.
Es gracias al boca a boca que los católicos acuden a consultarles, pero también gracias a un libro con un título impactante, publicado en la editorial Presses de la Renaissance, Ne gâchez pas votre plaisir, il est sacré; pour une liturgie de l’orgasme [No desperdicies tu placer, es sagrado; por una liturgia del orgasmo].
Este título también le valió a Olivier Florant una cierta cobertura mediática, permitiéndole dar al público en general una perspectiva diferente a la que se suele ofrecer sobre el sexo en los medios de comunicación. Para Aleteia, los sexólogos presentan tres testimonios para entender mejor el meollo de lo que sucede en una consulta de sexología.
Ejemplo n.° 1: de la pornografía a la ternura conyugal
Esta joven pareja, a quienes llamaremos Anne y Paul, lleva casada menos de un año. Paul tiene 30 años y trabaja en el campo de la informática. Anna tiene 28 y trabaja en el ámbito de lo social. La pareja consulta siguiendo el consejo del sacerdote que les casó, porque la joven encuentra que su marido ha sido muy brusco en sus primeras relaciones. Ella todavía no ha sentido un orgasmo, y reclama atención a su insatisfacción. El marido está desmoralizado y pide ayuda.
Durante su preparación al matrimonio no se abordó el tema de la sexualidad. Paul, por su parte, tuvo un periodo de consumo de pornografía en Internet, el cual ha representado la esencia de su “formación”. El sexólogo les ha propuesto ejercicios que pueden efectuar en casa en un periodo de quince días para descubrirse mutuamente. Así, aprenderán a hablar de sus deseos en materia de lenguaje del amor, caricias, palabras cariñosas, aumento de la excitación, ambientación, etc.
Gracias a un mínimo de conocimientos enseñados por el sexólogo, la joven pareja será capaz de gestionar su deseo y placer en el marco de la fidelidad conyugal y el respeto mutuo. ¡El amor es un arte!
Al final de la primera entrevista, los cónyuges recibieron con una sonrisa la ficha escrita con los ejercicios. Encontraron lo que estaban buscando. Una segunda cita, 15 días después, permitió al sexólogo constatar que la pareja comprendía plenamente y realizaba el “viaje de descubrimiento del erotismo”, término validado por el papa Francisco en su exhortación Amoris Laetitia.
Ejemplo n.° 2: encontrar el deseo femenino
Una mujer de 40 años decide consultar a un sexólogo para poner fin a su ausencia de deseo. Hay que decir que la pareja practica el método Billings, que presenta algunas dificultades resumidas así por la paciente: “Cuando yo tengo ganas, no podemos, y cuando podemos después de la ovulación, ya no tengo ganas”.
La mujer propuso este método a su marido para controlar su fertilidad, y él respetó su elección, pero eso trae dificultades a la pareja debido a la falta de deseo de la esposa. El deseo femenino generalmente es más fuerte cuando el nivel de hormonas femeninas relacionadas con el crecimiento de los ovocitos (estrógenos) es máximo. Sin embargo, en la mayoría de las especies sexuadas, es la fertilidad de la hembra lo que desencadena los procesos de cortejo, celo y fecundación. Incluso si un esposo acepta un método de abstinencia temporal, necesita sentir el deseo sexual de su esposa. Cuando eso solamente se produce durante su periodo fértil, ¿qué hacer?
Por tanto, el sexólogo propuso que la actividad amorosa de la pareja no se suspendiera durante el periodo fértil, aunque el marido aceptaría privarse momentáneamente de la eyaculación. La mujer puede pedir que él le provoque placer y así expresar su deseo. Esta operación requiere entrenamiento que será acompañado en consulta durante algunas entrevistas.
En este caso, gracias al sexólogo, la mujer pudo expresar su deseo, recibir ternura y caricias, incluyendo orgasmos. Así, por gratitud a su marido que aprende a esperar el “momento apropiado”, su deseo persiste durante el período infértil.
Ejemplo n.° 3: atreverse a confesar la homosexualidad
Un joven consulta él solo a un sexólogo. Es homosexual y teme revelárselo a sus padres. Este joven es cristiano, sus padres están comprometidos en la Iglesia. En las últimas semanas, había mentido a sus padres diciéndoles que se marchaba de viaje con una joven, cuando en realidad era un chico.
Entonces, la conversación de ayuda se centró en su proyecto de vida, sus estudios y su futuro oficio y sobre el sentido que tendrá su compromiso cristiano en estos aspectos. En otras palabras, la vida, y la vida cristiana, no se reduce a la orientación sexual.
Más bien, la cuestión iría en torno al sentido dado a los compromisos de vida, incluso en la esfera relacional. ¿Qué significa estar enamorado, especialmente en el caso de un amor atípico, prohibido o deshonrado por su medio social?
No se puede convertir a una persona heterosexual en homosexual… ¡Y tampoco a la inversa! Por otra parte, se plantea la cuestión de vivir conforme a sus propios valores en su sexualidad. Lealtad, continencia, fecundidad…
Esta construcción de confianza y perspectiva de vida tratada durante la primera entrevista con el sexólogo permitió al joven atreverse a desvelar su homosexualidad a sus padres. Y para su gran sorpresa y alivio, escuchó a sus padres decirle: “Pero, querido, hace mucho tiempo que ya lo habíamos notado”.
“Mis padres me quieren realmente tal como soy”, puede que se haya permitido pensar. El amor salió victorioso y este intercambio fue para él una verdadera liberación. Entonces se sintió más libre para abordar las verdaderas preguntas, el verdadero camino: ¿a qué me llama la Vida? ¿Cómo puedo vivir mi confianza en el Amor divino en una vida de hombre del siglo XXI, homosexual o no? La verdad libera, dice Aquel que también dice que es la Vida y el Camino.
Para ir más lejos
La visión cristiana de la sexualidad, y las vías que respetan la unidad de la persona, son cada vez más numerosas. Médicos, sacerdotes y consejeros matrimoniales ponen hoy su experiencia al servicio de una sexualidad armoniosa y respetuosa de la vocación de las personas.
Los Forum Wahou
Estos foros se organizan para promover la teología del cuerpo a través de dos días de enseñanza y diálogo para todos los públicos. El próximo, dedicado a la atención de sacerdotes y seminaristas, se celebrará en Ars, Francia, los días 15 y 16 de enero de 2018. Una iniciativa muy joven que ya está presente en una decena de diócesis francesas deseosas de dar a los cristianos la posibilidad de vivir concretamente las enseñanzas de la teología del cuerpo, que pueden parecer abstractas o incluso imposibles de proponer a un mayor número de personas.
Aimer de tout son corps, vers l’harmonie sexuelle, editorial Emmanuel
En esta obra tan completa encontramos consejos y testimonios para vivir una sexualidad satisfactoria. Ternura, comunicación benévola, pornografía, masturbación, castidad, caricias… Para cada tema, consejos escritos en un lenguaje accesible.
Nathalie Lovenbruck, consejera matrimonial y familiar, escribió este libro con el punto de vista de su esposo. Puede leerse por fragmentos y convertirse en una forma de abordar en pareja una dificultad, con aclaraciones concretas para progresar.
La relation conjugale : liturgie de l’amour, editorial Des Béatitudes
En este libro, Olivier Belleil “quiere expresar la convicción de que el Evangelio aporta una buena nueva a las parejas, en todas las dimensiones de su amor, también en su sexualidad conyugal”. Propone un acercamiento entre la relación conyugal y la Eucaristía en sus diferentes fases: petición de perdón, liturgia de la palabra, ofrenda, comunión, acción de gracias, envío en misión. En un lenguaje verdadero y lleno de humor, apoyándose en ejemplos concretos extraídos de la vida cotidiana, levanta muchos tabúes, miedos, palabras no dichas y sufrimientos ocultos. Quiere “permitir a las parejas recuperar la conciencia gozosa de que su sexualidad es una bendición de Dios, una buena noticia de amor”.
Sortir de la pornographie, editorial Emmanuel
La pornografía tiene un impacto doloroso sobre la sexualidad. Este libro para salir de la pornografía es un camino accesible y completo para que los adultos puedan recuperar la libertad de amar. Nos quitamos el sombrero por la calidad del fondo, la disposición en la página que hace sencilla la lectura y los excelentes dibujos que refuerzan el impacto de los textos.
Les traité des caresses, del doctor Gérad Leleu, editorial J’ai lu
Los buenos gestos no siempre son naturales. Este pequeño libro “tratado de las caricias” desbloqueará ciertas situaciones y será la base de un diálogo que permita expresarse mejor y entregarse mutuamente.