Las vacas de Castelgandolfo ayudan a la rehabilitación de los edificios
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Así es. Muchas de las paredes de los grandes monumentos arquitectónicos del Vaticano se están repintando con leche de vaca.
Recientemente los arquitectos del Vaticano usaron esta técnica de conservación en la fachada del Cortil del Belvedere, palacio que alberga valiosísimas obras de arte.
Una técnica que viene usada ya desde hace siglos. “No es que tengamos fijación con lo antiguo o nostalgia del pasado”, dijo el arquitecto jefe del Vaticano, Vitale Zanchettin. “El punto es que ofrece la posibilidad de tener una mayor integridad cromática. Son de eficacia comprobada”.
El barniz está compuesto con una mezcla secreta de cal, pigmentos naturales y la leche que proviene de las vacas del papa, que se encuentran en las granjas de la villa veraniega en Castel Gandolfo. Las vacas pastan libres, sin ser alimentadas artificialmente y vienen ordeñadas a la manera antigua, de forma casera. Son 70 las vacas que producen alrededor de 700 litros de leches por día, una leche exquisita y totalmente bio, de acorde con la sensibilidad al cuidado del medioambiente, que continuamente propone papa Francisco.
Y por supuesto estas pinturas también preservan el medioambiente. Son ecológicamente testeadas, resguardan los monumentos de los efectos ambientales nocivos, tiene una tonalidad única en el mundo y dura mucho más que un barniz común.
Seguramente será una técnica eficazmente comprobada, ya que también fue usada por los antiguos egipcios y muchos pueblos precolombinos.
Fuente: Il Messaggero