Manushi pesaba 400 gramos cuando nació en la India. En condiciones normales, los médicos reconocen que hubieran desistido, pero pensaron que este caso podría servir para lanzar un mensaje contra el aborto selectivo de niñas
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La mujer sufrió una subida de la presión arterial a las 28 semanas de embarazo, lo que provocó una carencia de flujo sanguíneo a la placenta, por lo que los médicos tomaron la decisión de realizar una cesárea de emergencia. La niña, de inmediato, fue conectada a un respirador artificial y transferida a cuidados intensivos.
Los médicos dieron a los padres solo un 0,5 % de probabilidades de supervivencia, pero el hecho es que el bebé reaccionó a los tratamientos y a las siete semanas estaba tomando ya lecha materna. Lentamente comenzó a respirar por sí misma y su cerebro y ojos se desarrollan normalmente. La niña tiene ya 6 meses.
El director del hospital reconoció que, en condiciones normales, el equipo médico hubiera desistido antes, pero este caso era para ellos especial. «Decidimos salvar la vida del bebé y ofrecerle la atención y el cuidado médico necesarios porque queríamos enviar un mensaje de que las niñas deben estar protegidas», ha reconocido.
«En un estado como Rajasthan, donde el infanticidio femenino es desenfrenado, las personas tienen que dar un paso adelante y tomar medidas para poner fin a esta práctica malvada».
No hay cifras definitivas, pero a pesar de que el aborto selectivo es ilegal en la India, se trata de una práctica en aumento en los últimos años.
El censo de 2011 reveló que existen en el país 7,1 millones menos de chicas que de chicos de entre cero y seis años. En el censo de 2001 la diferencia era de 6 millones de 2001, y en el de 1991, 4,2 millones.
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