El padre Pío de Pietrelcina aconsejaba a todos sus hijos espirituales que enviaran a sus ángeles a darle recados, y también, para que fueran a Misa en su lugar, cuando ellos no pudieran hacerlo
Los testimonios, recogidos por el P. Alessio Parente OFM, en su libro Envíame a tu Ángel de la guarda , menciona maravillas realizadas a los hijos espirituales del P. Pío de Pietrelcina, a través de los ángeles de la guarda de cada persona. En el libro menciona que, si alguien no puede ir a Misa pero quisiera estar presente ante el altar, rece esta oración para enviar a su ángel de la guarda a la celebración:
Oh santo Ángel, que estás a mi lado,
ven a la iglesia conmigo,
arrodíllate en mi lugar en la misa
donde yo deseo estar.
Durante el Ofertorio, en mi lugar,
lleva todo lo que soy y tengo,
y ponlo como un sacrificio
encima del Trono del altar.
Al tocar la campana en la Consagración,
adora con el amor de los Serafines
a mi Jesús contenido en la Hostia
que desciende de lo alto del Cielo.
Después ora por aquellos que yo cariñosamente amo,
y por aquellos que me han ofendido,
que la sangre de Jesús lave sus corazones
y alivie el sufrimiento de las almas.
Y cuando el sacerdote distribuya la Comunión,
¡tráela para mí!
Que su dulce corazón pueda descansar en el mío
y yo pueda ser su templo.
Pide para que este Divino Sacrificio
borre los pecados humanos;
después, tráeme la bendición de Jesús a mi casa,
el abogado de todas las gracias.