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Cuando Dios regresó a la vida a un niño gracias a las oraciones de su madre

OUR LADY OF QUINCHE
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Ellen Mady - publicado el 22/01/18
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Nuestra Señora de El Quinche, muy querida en Ecuador, tuvo un origen humilde, pero provocó un acontecimiento increíble

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De vez en cuando, Dios hace algo extraordinario para mostrarnos, incluso en esta vida, que su bondad triunfa sobre el poder del mal y la muerte, y que la resurrección es real.

Imagina cómo te sentirías si alguien que conoces muriera y volviera a la vida en circunstancias milagrosas. Aunque no es algo que escuchemos todos los días, lo cierto es que ha sucedido en múltiples ocasiones. Por supuesto, siempre ha sido una experiencia poderosa, lo bastante poderosa como para traer esperanza a muchas personas, para reafirmar la fe de los creyentes y acercar a Dios a aquellos que no lo conocían.

Una de estas resurrecciones milagrosas hizo que una pequeña imagen de Nuestra Señora oculta en el bosque se convirtiera en un popular lugar de peregrinación durante siglos.

Nuestra Señora de El Quinche, patrona nacional de Ecuador, tuvo unos comienzos humildes. A mediados del siglo XVI, un escultor y tallador de madera recibió el encargo de elaborar una imagen de la Virgen María para una tribu ecuatoriana. Cuando fue a entregar la talla, la tribu no pudo pagarle por ella, así que el artista terminó intercambiándola con una tribu vecina, los oyacachis, a cambio de más madera de cedro.

Los oyacachis tallaron un nicho en una formación rocosa para dar cobijo a la imagen de María. Los cantos de los pájaros acompañaban a la estatua durante el día y, por la noche, los indígenas se reunían en torno a ella para cantar y tocar música en honor a la Virgen. Ya que su devoción a la Santísima Madre no paraba de crecer, decidieron construir una capilla donde alojar a la imagen.

Una pareja que ayudaba en la construcción del santuario tuvo un bebé. Un día, mientras trabajaban, dejaron al bebé durmiendo junto a un árbol. Entonces llegó un oso, se llevó al bebé y lo mató. La pareja recuperó el cuerpo del bebé y lo trajo ante la imagen de Nuestra Señora para llorar por su pérdida. Mientras la pareja rezaba, el bebé abrió los ojos y estiró los brazos hacia la Santísima Virgen. La oración de duelo se convirtió en una de agradecimiento.

Varias personas presenciaron tanto el ataque como la inexplicable resurrección del bebé. Se difundió la noticia de este milagro entre las aldeas vecinas, luego entre otras regiones y naciones y se convirtió así en medio fundamental para establecer la extendida devoción a Nuestra Señora de El Quinche, que continúa hasta hoy día.

Pasados unos pocos años, la capilla original ya no era suficiente para recibir a la cantidad de peregrinos que acudía a alabar a Dios y suplicar Sus favores por la intercesión de la Madre. Con el paso de los siglos, se fue reconstruyendo el santuario, cada vez más grande, para dar cobijo a la creciente devoción.

El actual santuario fue consagrado en 1928 y nombrado Basílica Menor por el papa Juan XXIII en 1959. La imagen misma fue coronada canónicamente en 1943 y el Vaticano designó al lugar santuario nacional de Ecuador en 1985.

Nuestra Señora de El Quinche, ¡reza por nosotros!

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