7 puntos del Pontífice para evitar que la humanidad naufrague en el mar de la opulencia insostenible y el egoísmo; dirigidos al Foro que aborda los grandes problemas del mundo
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El papa Francisco se mostró hoy preocupado por un sistema que crea esclavitudes y explotación e instó a que los modelos económicos observen una ética que siga valores y coloque a la persona y sus derechos al centro. Y alertó de los riesgos modernos de “la inteligencia artificial, la robótica y otras innovaciones tecnológicas”.
En su misiva publicada este 23 de enero de 2018, confió para que el Foro Económico Mundial (World Economic Forum – 23 al 26 de enero de 2018 en Davos-Klosters, Suiza) delibere sobre sobre las oportunidades de construir “sociedades inclusivas, justas y solidarias, capaces de restaurar la dignidad de aquellos que viven con gran incertidumbre y que no pueden soñar con un mundo mejor”.
En este contexto, alertó sobre los nuevos desafíos para la economía y la política. “La inteligencia artificial, la robótica y otras innovaciones tecnológicas deben emplearse de tal manera que contribuyan al servicio de la humanidad y en la protección de nuestra Casa Común, en lugar de lo contrario, como lamentablemente algunas evaluaciones prevén”.
No callar sufrimiento de millones de personas
El Sucesor de Pedro en nombre de la Iglesia Católica y la Santa Sede indicó a los líderes mundiales que “el silencio” no es permitido “ante el sufrimiento de millones de personas”.
Inadmisible actuar como si “la propagación de la pobreza y la injusticia no tuvieran ninguna causa”, escribió el Papa en el discurso firmado el 12 de enero 2018, antes de su viaje apostólico a Perú y Chile (15-22 de enero).
“Es un imperativo moral, una responsabilidad que involucra a todos, crear las condiciones adecuadas para permitir que cada persona viva de manera digna”, expresó.
En la línea de su pensamiento contra la cultura del descarte y la indiferencia, el Pontífice invitó al mundo empresarial a aportar cambios sustanciales en “la calidad de la productividad, crear nuevos empleos, respetar las leyes laborales, luchar contra la corrupción pública y privada y promover la justicia social”.
El mundo del trabajo tome “decisiones valientes” para salir de la “injusticia, la soledad, la desconfianza y la sospecha”.
Las palabras del Papa están dirigidas a la cita en Davos-Klosters, Suiza, plataforma importante para fijar la agenda mundial a comienzos de cada año, donde se reúne a más de 3.000 líderes del mundo económico, político, social, cultural, académico y científico.
El líder de la Iglesia Católica elogió el tema escogido para la cita anual: “Crear un futuro compartido en un mundo fracturado”. Y estimó que en el evento se discutan “los desafíos, preocupaciones, esperanzas y perspectivas del mundo de hoy y del futuro”.
Todo ello, junto con la “distribución justa y equitativa de las ganancias”. El también jefe de Estado, promovió el discernimiento para tomar “decisiones” valientes y audaces para “configurar el mundo del mañana y el de las generaciones futuras”.
A continuación 7 puntos del Papa para evitar que la humanidad naufrague detrás de intereses privados, uso sin criterio de la tecnología, inestabilidad financiera, opulencia insostenible, nuevas esclavitudes y un mercado que se sobreponga al valor de la familia.
1. Intereses privados contra la humanidad
Por lo tanto, “la brújula” debe estar “continuamente orientada hacia el ‘verdadero Norte’, representado por valores auténticos”. “Este es el momento adecuado para poner en práctica nuestra responsabilidad de contribuir al desarrollo de la humanidad”.
Por otro lado, Francisco lamentó la fragmentación que existe entre los Estados y las instituciones a nivel de gobernanza global.
Subrayó que incluso las tecnologías más recientes están transformando los modelos económicos y el mismo mundo globalizado.
Aseguró que este cambio está siendo condicionado “por intereses privados y una ambición de lucro a toda costa”, algo que “parece favorecer una mayor fragmentación e individualismo, en lugar de facilitar enfoques que sean más inclusivos”.
2. Inestabilidad financiera y desempleo
Asimismo, evidenció las “inestabilidades financieras” frecuentes que “han traído nuevos problemas y desafíos serios que los gobiernos deben enfrentar”.
Por lo tanto, puso de manifiesto “el aumento del desempleo, el aumento de las diversas formas de pobreza, la ampliación de la brecha socioeconómica y las nuevas formas de esclavitud, a menudo enraizadas en situaciones de conflicto, migración y diversos problemas sociales”.
3. Opulencia insostenible y estilo de vida egoístas
“Estilos de vida bastante egoístas”, lamentó en este panorama Francisco, un panorama indiferente a los más pobres entre los pobres. Junto con una opulencia que “ya no es sostenible y con frecuencia indiferente al mundo que nos rodea”.
“Para nuestra sorpresa, vemos cuestiones técnicas y económicas que dominan el debate político, en detrimento de una preocupación genuina por los seres humanos”, añadió.
4. Nuevas esclavitudes
El Papa se mostró preocupado por un sistema que crea nuevas esclavitudes y explotación.
“Los hombres y las mujeres corren el riesgo de verse reducidos a meros engranajes en una máquina que los trata como artículos de consumo para ser explotados, con el resultado de que -como es tan trágicamente evidente- cuando una vida humana ya no es útil para esa máquina, se descarta con pocos reparos”.
6. Primero la familia, no el mercado
La familia y la dignidad de la vida humana están en el centro de su mensaje. Salvaguardar la dignidad humana – argumentó- significa “ofrecer a “todas las personas oportunidades reales” y aplicando “políticas económicas que favorezcan a la familia”.
“La libertad económica” no debe prevalecer sobre la libertad del hombre y sus derechos, y el “mercado no debe ser absoluto, sino honrar las exigencias de la justicia”.
7. Trabajo y dignidad
Modelos económicos que observen una ética para el desarrollo sostenible e integral, instó Francisco. Una economía que siga valores y coloque la persona y sus derechos al centro.
El mundo del trabajo tome “decisiones valientes” para que “ser y trabajar juntos”, no sea un eslogan.
El Obispo de Roma habla del trabajo para demoler las numerosas barreras “de la injusticia, la soledad, la desconfianza y la sospecha que todavía se viven en nuestros días”.
“Solo a través de una resolución firme, compartida por todos los actores económicos podemos esperar dar una nueva dirección al destino de nuestro mundo”, sostuvo.
El Papa se despidió augurando que el Foro de Davos sea un espacio de intercambio libre, abierto y respetuoso, y se inspire por encima de todo en avanzar en el bien común.