Lo importante es no caer en la trampa de considerar normales situaciones de estrés o momentos de ansiedad como si fueran manifestaciones de patologías o trastornos graves.
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En la vida hay momentos difíciles en los que se experimenta ansiedad que es la respuesta fisiológica de alarma que nos prepara para escapar o luchar ante una amenaza.
La mayor parte de estas situaciones emocionales pueden superarse si se actua con previsión y responsabilidad, aprendiendo a gestionar las propias emociones y dando más espacio al análisis a las situaciones que nos toca vivir.
En este punto tenemos que diferenciar la Ansiedad razonable de la Ansiedad no razonable o patológica (trastornos de ansiedad) pues nuestra respuesta ha de ser distinta según la situación en la que nos encontremos.
En la ansiedad razonable la intensidad de la misma es acorde con la situación (objetivamente peligrosa) y finaliza con la misma, siendo útil para protegernos de ese peligro objetivo.
Por ejemplo, ante un león es un estímulo que nos alerta de esta situación objetivamente peligrosa para salir corriendo.
Sin embargo, cuando se trata de ansiedad no razonable o patológica, interpretamos como peligrosas situaciones, síntomas o pensamientos que en realidad no lo son y la intensidad de la ansiedad no es acorde con la situación objetiva. Suele ser muy alta, además de duradera.
Así cuando acaba la situación, la respuesta de ansiedad continua. Por ejemplo, cuando nos encomiendan un nuevo trabajo y suponemos que no estaremos a a la altura sin tener evidencias de lo mismo; ante esto disparamos la respuesta fisiológica de alarma y estamos en tensión mucho más tiempo del debido.
Por otra parte, cuando el peligro percibido es muy grande, creyendo que nuestra vida está en peligro la intensidad de la ansiedad todavía sube más dando lugar a ataques de pánico.
Por su parte, en caso de estrés, la intensidad es acorde con la importancia de la demanda planteada y es siempre inferior a la de la ansiedad no razonable.
Por ejemplo cuando me encomiendan entregar un proyecto y evalúo que el tiempo que tengo es insuficiente. Ante esto me activo y gracias a ello me pongo en marcha para intentar finalizar a tiempo, cuando acabe el proyecto mi estrés desaparecerá.
El estrés finaliza cuando la demanda externa acaba, volviendo a nuestro estado habitual o sea reduciéndose la activación fisiológica.
¿Qué es un trastorno de ansiedad?
Existen varios tipos de trastornos dentro del grupo denominado trastornos de ansiedad que recogen las clasificaciones diagnósticas internacionales.
- Trastorno de angustia con/sin agorafobia,
- Fobia social
- Fobia específica
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Trastorno por estrés postraumático
- Trastorno por estrés agudo
- Trastorno de ansiedad generalizada
- Trastorno de ansiedad debido a una enfermedad médica
- Trastorno de ansiedad inducido por sustancias
- Trastorno de ansiedad no especificado.
¿Qué hacer?
Cuando se perciben sensaciones constantes e intensas a lo largo de distintos momentos de la semana y durante varios meses, es recomendable acudir a un especialista para solicitar una ayuda eficaz en la gestión de este tipo de desórdenes.
Existen dos tipos de tratamientos recomendados por el Nacional Institute for Health and Clinical Excellence para los trastornos de ansiedad:
- los fármacos
- la psicoterapia.