Ante la dificultad de que los niños coman la fruta entera es habitual recurrir a los zumos envasados.
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En los países desarrollados se están produciendo cambios poco convenientes en cuanto a alimentación infantil. Uno de ellos, optar por ofrecerles zumos en vez de una fruta entera o de leche, alimentos mucho más equilibrados.
El rol de los padres en la educación alimentaria de sus hijos es importantísimo para prevenir problemas de salud como la obesidad.
Introducir nuevos alimentos a los niños nos es tarea fácil, y mucho menos cuando se trata de frutas y vegetales, pero no podemos caer en “trampas” de las industria alimentaria.
Ante esta dificultad, son muchos los padres que ofrecen a sus hijos algún zumo de frutas envasado. Si no come la fruta, piensan, por lo menos que tome el jugo que tiene muchas vitaminas y minerales.
¿Quién no escuchó alguna vez decir “es mejor que tome este juguito que el refresco cola”? O, en el momento de preparar la merienda para el cole, cuando vamos un poco apurados… ¿qué le mando? ¡Un juguito!
¿Son saludables?
Generalmente a los niños les suele gustar mucho más tomar un jugo que comer una fruta. Sin embargo, demasiados zumos en su dieta puede provocarles, al igual que una mala alimentación, graves problemas de salud, como la obesidad y las caries dentales.
La mayor parte de los padres reconocen que los refrescos azucarados no son beneficiosos para la salud de sus hijos, pero que los jugos de frutas envasados son una mejor opción porque creen aportan importantes nutrientes.
Pero lo cierto es que los zumos envados contienen más calorías y azúcar de lo que piensan.
Veamos:
- 250 ml de zumo de naranja (1 vaso) = 123 calorías + 30 gramos de azúcar (6 cucharaditas de azúcar),
- 330 ml de refresco de cola (1 lata)= 139 calorías y 36 gramos de azúcar ( 7 cucharaditas de azúcar
Como podéis apreciar, la diferencia es insignificante, pero ambas tienen un alto contenido de azúcar para un niño.
¿Y los jugos naturales ?
Lo que sucede con los jugos naturales que hacemos en casa es que excedemos la cantidad de fruta recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cinco piezas de fruta y verdura al día.
Supongamos que nuestro jugo de naranja lleva 3 naranjas exprimidas y tomamos 1 en el desayuno, otra en el almuerzo y otra en la cena. En un total, ¡9 naranjas diarias!
Son demasiadas. Provocaría un elevado nivel de azúcar en sangre.
Por ello, la Asociación Americana de Pediatría recomienda evitar los zumos en desayunos y meriendas y los desaconseja completamente para los niños menores de 1 año. Aconsejan que los que ya han superado esta edad tomen zumo en pequeñas cantidades.
De 1 a 3 años, un máximo de 118 ml al día (½ vaso).
De 4 a 6 años, un máximo de 177 ml al día ( ¾ vaso).
De 7 a 8 años, un máximo de 237 ml al día (1 vaso).
Volver a la fruta entera
Los pediatras y nutricionistas animan a los padres a ofrecer a sus hijos fruta no exprimida por los siguientes motivos.
1. El jugo no brinda saciedad como la fruta entera. La fruta entera tiene un gran aporte de fibra, por lo que cuando la ingerimos, las fibras van al estómago, se hinchan al absorber agua y producen la sensación de saciedad. Pero el jugo al ser líquido es absorbido antes por el organismo, entonces los nutrientes se asimilan con más facilidad sin producir esta sensación.
2. El jugo no se puede masticar. Cuando masticamos un alimento también aparece esta sensación de saciedad, pero no cuando bebemos jugos, porque generalmente se tamiza la pulpa donde se encuentra la mayor parte de la fibra.
3. El jugo no tiene más vitaminas que la fruta. Al hacer el jugo se supone que aprovechamos al máximo las vitaminas y los líquidos de la fruta, pero esto no es así, al exprimirla muchas vitaminas se destruyen al cambiar de estado la fruta y entrar en contacto con el oxígeno. Una fruta entera conserva intactos todos los nutrientes para que la sacarosa se digiera de forma lenta y saludable dotando a nuestro cuerpo de las reservas necesarias.
3 estrategias para que coman fruta
Hay tres estrategias por donde podemos comenzar los padres:
- Ofrecer agua a los niños, una vez han sido destetados.
- Durante el almuerzo o la cena, poner una jarra de agua en la mesa en lugar de cualquier clase de bebida con gas o jugo .
- las frutas frescas son mejores para su salud porque le proporcionan los nutrientes que necesitan y tienen menos azúcar que el jugo.
Para fomentar una alimentación sana y equilibrada en los más pequeños de la casa es necesario que contemos con la información necesaria y adecuada para poder discernir qué alimentos son buenos para ellos.