Empresa y trabajadores han de poner de su parte para acabar con el Burnout
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En anteriores artículos hemos hablado de sus causas y de sus síntomas. Ahora nos toca abordar su tratamiento.
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La clave para un tratamiento eficaz del Síndrome de Burnout es detectarlo en sus primeras fases, por lo que cuanto antes trabajemos en el problema tras identificarlo, antes seremos capaces de mantenerlo bajo control.
Por supuesto, la iniciativa en cuanto a su tratamiento puede provenir tanto del propio trabajador como de la empresa o institución para la que trabaja, por lo que es importante que haya una buena comunicación entre ambas partes y que se establezcan los mecanismos necesarios para detectar este tipo de casos en una etapa temprana, sin olvidar que el mejor criterio de eficacia para tratar este tipo de síndromes es eliminarlo desde las causas sin limitarnos solo a la mejora de los síntomas negativos que producen esas causas.
La mayoría de las causas están relacionadas con la mala organización interna por parte de la empresa y sobre todo a los modales no correctos por parte de la organización en relación a sus colaboradores.
En síntesis, problemas de contenido (excesivo trabajo, desorganización etc) y de forma (modo de comunicar con las personas). Aclarado esto podemos ver algunos puntos eficaces para tratar los síntomas exteriores del burnout.
1. Técnicas de relajación
En primer lugar, las técnicas de relajación como las meditaciones guiadas o la escucha de música relajante han demostrado ampliamente su eficacia para reducir la ansiedad y mejorar el modo en que los trabajadores se enfrentan al síndrome de Burnout.
De hecho este tipo de prácticas hará que el trabajador encare los problemas de un modo mucho más positivo y productivo.
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2. Estiramientos
En segundo lugar, no debemos olvidar la parte física del problema. El estrés y el burnout tienden a generar tensión muscular en determinadas zonas del cuerpo, como los hombros o el cuello, lo que a medio y largo plazo puede suponer la aparición de contracturas musculares, hernias discales y otro tipo de lesiones , agravando la situación.
Por ello es importante realizar determinados estiramientos y ejercicios antiestrés como parte de la rutina diaria (e incluso como parte de la rutina laboral si es posible).
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3. Deporte
En tercer lugar, la práctica habitual de algún deporte (siempre adaptado a la condición física del trabajador) ha demostrado reducir notablemente los efectos del estrés en el organismo.
El deporte nos mantiene activos, mejorando la salud de nuestro corazón, músculos y huesos, además de ayudar a desconectar de nuestros problemas mientras se practica.
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4. Asertividad
En cuarto lugar, conocer y utilizar estrategias asertivas puede ser una excelente forma de combatir y prevenir el Burnout.
La asertividad es una conducta intermedia entre la pasividad y la agresividad (características típicas en casos de Burnout), enfocada en una buena gestión de las emociones y la comunicación con los demás.
Algunos ejemplos de estrategias asertivas son:
- Tratarse a uno mismo y a los demás con respeto.
- Ser educado pero firme.
- Ser directo y honesto con los demás.
- Saber expresar aquello que nos preocupa o desagrada frente a los demás con educación.
- Saber hablar y escuchar sin enojarse.
- Ser capaz de controlar nuestras emociones.
- Ver las críticas de los demás como una oportunidad de mejorar.
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5. Terapia psicológica
En quinto lugar, no podemos olvidar los enormes beneficios que la ayuda de un profesional puede ofrecernos.
De este modo, la terapia psicológica, ya sea individual o grupal, puede hacer que el trabajador desarrolle mecanismos eficaces para afrontar aquellas situaciones que le producen estrés y ansiedad.
Por último, llevar un estilo de vida saludable, evitando el tabaco y el alcohol o dormir las horas suficientes son sólo algunos de los consejos que pueden ayudar a combatir el estrés y el Síndrome de Burnout.