Si preguntas a John Cronin y a su padre por el ingrediente principal para tener éxito en la creación de una empresa, te dirán que es hacer algo que te apasione pensando en los demás.
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En Long Island (Estados Unidos), John Cronin, de 21 años, y su padre demuestran que tener un cromosoma adicional no constituye ningún obstáculo para alcanzar sus sueños.
Juntos crearon una compañía que logró un volumen de negocio de 1 millón de dólares. En un video difundido por Fox23, los dos hombres cuentan su historia: que John siente pasión por los calcetines de colores vivos y que siempre quiso montar un negocio con su padre.
Y que, como socios, los dos tuvieron que organizarse la división del trabajo y las funciones de cada uno.
Para ellos, esta aventura familiar y empresarial fue una oportunidad para disfrutar de momentos largos y preciosos uno al lado del otro. En definitiva: dos hombres se ponen de acuerdo para perseguir el sueño de John de crear una tienda digital de calcetines llamada John’s Crazy Socks [los calcetines locos de John], en referencia a los calcetines de colores llamativos que a John le gusta usar desde pequeño.
Desde 2016, su tienda comercializa 1500 referencias diferentes, desde las más clásicas hasta las más estrafalarias.
![JOHNS](https://es-preprod.aleteia.org/wp-content/uploads/sites/7/2018/01/web-johns-crazy-socks-entrepeneur-johnscrazysocks-facebook.jpg)
El éxito fue inmediato. En menos de un año, los dos expidieron más de 42.000 encargos y generaron 1,7 millones de dólares volumen de negocio. Nada mal para ser su primera empresa.
Aunque la tienda de John y su padre es virtual, el servicio de entrega se distingue por una hermosa humanidad. De hecho, para añadir su toque personal, John acompaña cada pedido con una nota de agradecimiento y algunos caramelos.
Y para los habitantes de Long Island, el empresario se desplaza en persona para entregar los pedidos.
![JOHNS](https://es-preprod.aleteia.org/wp-content/uploads/sites/7/2018/01/web3-johns-crazy-socks-entrepeneur-johnscrazysocks-facebook.jpg)
Éxito empresarial
La empresa ha sido un gran éxito. Después de unos cuantos meses de existencia, ya emplea a doce personas, ocho de las cuales con alguna discapacidad.
Pero los dos empresarios no se detienen ahí. John’s Crazy Socks se comprometió recientemente a donar el 5% de sus ganancias a ‘Special Olympics’, que organiza competiciones para niños y adultos con discapacidades intelectuales.
Además, para apoyar causas caritativas, la marca comercializa modelos populares, un poco más caros que la competencia, para donar la diferencia: “Creamos felicidad gracias a los calcetines”, dice John con una gran sonrisa.
John parece irradiar felicidad en su vida diaria de empresario. Y no es el único feliz. Su padre explica que los dos “necesitan el uno del otro” y que él no podría dirigir la empresa sin su hijo a su lado. Nada impedirá a John cumplir sus sueños, porque “el síndrome de Down no le ha frenado nunca”.