Nació luego de que su madre fuera herida en Río de Janeiro y le dieron de alta sin secuelas
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En medio de la creciente escalada de violencia que se vive en las favelas de Río de Janeiro, Brasil, también hay lugar para la esperanza. En los últimos casos un nuevo caso conmovió a la opinión pública.
Es que la imagen de Michelle junto a su esposo Wallace sonrientes junto al pequeño Antonio saliendo del hospital ha generado alegría, pero al mismo tiempo reflexión, pues hasta hace pocas semanas hubiera sido algo totalmente inimaginable.
La pareja fue víctima hace poco de un asalto en las favelas de Río de Janeiro y durante el intento Michelle, embarazada de ocho meses, recibió un impacto de bala en la cabeza. Inmediatamente fue derivada a un centro asistencial donde fue operada de emergencia, al tiempo que también fue sometida a una cesárea en el intento de salvar la vida de su pequeño.
La situación era muy crítica al principio pero el padre no perdía la esperanza, tal cual revela un informe publicado recientemente en O Globo. “Los dos van a salir de esa, los dos van a salir de esa, tanto mi esposa como mi bebé van a salir de esa y van a salir bien”, repetía.
Michelle recibió el alta, pero el pequeño Antonio se proseguía debatiendo entre la vida y la muerte. Sin embargo, con el paso de los días, pese a todas las dificultades y complicaciones respiratorias, salió adelante y logró ser dado de alta sin ninguna secuela.
“No tenemos palabras para expresar la cantidad de oraciones, la corriente del bien que se ha movido en favor de mí y de mi hijo”, cuenta Michelle Nascimento, madre de Antonio, reproduce O Globo.
“Que Dios guarde los de ustedes, los hijos, los maridos, las esposas, porque la gente sabe que desgraciadamente está siendo cercado nuestro derecho de ir y venir”, agregó el padre del pequeño.
La situación de violencia en Brasil, principalmente en lugares como las favelas de Río de Janeiro, sigue siendo muy fuerte y no es fácil que estas situaciones terminen con un final feliz.
Tan solo en 2017 se registraron más de 5.000 homicidios en esa parte de Brasil. El caso del pequeño Antonio se suma al de otros como Arthur, otro pequeño que en 2017 atravesó por una situación similar.
Son pocos los casos, pero representan un claro ejemplo de que en medio de tanto dolor y violencia también hay un lugar para la esperanza, la sorpresa y el milagro. Ya nadie podrá robarle la sonrisa a la familia de Antonio, el pequeño valiente que fue más fuerte que las balas de las favelas.