A pesar del clima de tensión religiosa, en enero hubo más turistas que nunca, alcanzando un récord de visitas al corazón de los lugares sagrados de la cristiandad
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El clima de tensión religiosa en la región no parece estar perjudicando al turismo. Desde hace más de un año, los lugares sagrados del cristianismo están gozando de un renovado interés, con un pico récord de 26.000 visitantes solamente en el enero pasado, según la Oficina de Estadísticas de Israel. Esta tendencia se ve confirmada por la Custodia de Tierra Santa, que se alegra todavía más, ya que el recuento no incluye a los miles de peregrinos ortodoxos que vinieron para la Navidad, celebrada en enero. Tomasz Dubiel, director del Centro de información cristiana (CIC), afirmó que “el número de católicos se ha duplicado”, abriendo el camino a grupos de otras denominaciones cristianas que también están pidiendo orar en los santuarios.
Aumento de las misas
Si en enero de 2016 había 390 grupos que habían reservado una misa en los santuarios, con la participación de 11.000 peregrinos, en 2017, durante el mismo período, 16.000 peregrinos llegaron en 529 grupos. El pasado mes de enero, el número de grupos aumentó hasta 770, con un total de 26.000 peregrinos. En la basílica del Santo Sepulcro, el sacristán de la capilla latina Auksencjusz Gad, confirma el aumento de las misas celebradas en enero para cubrir la demanda de peregrinos, procedentes principalmente de Asia. En general, en 2017, el número de llegadas se calcula en 3.612 millones, es decir, un 23% más que en 2016 y un 29% más que en 2015, según la Oficina de Estadística de Israel.
“Peregrinos, no tengan miedo…”
El llamamiento común que hicieron el administrador apostólico del Patriarcado Latino, Mons. Pizzaballa, y el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, antes de Navidad, parece haber llegado a buen puerto. “Peregrinos, no tengan miedo. Vengan a Tierra Santa”, invitaron después de la inquietud generada por la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de materializar el voto del Congreso transfiriendo la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.
A “todos quienes tienen Jerusalén en el corazón”, aseguraron que “venir de peregrinación a Tierra Santa es seguro” y que las imágenes que han visto en televisión “no reflejan la verdad de la belleza y la tranquilidad y la serenidad que, en cambio, se vive en Jerusalén”.
Los dos responsables pidieron a los turistas que “reconsideraran” su indecisión para no perderse esta “hermosa experiencia de fe” que representan esas peregrinaciones y esta ocasión de ofrecer un “importante y maravilloso” gesto de solidaridad hacia la comunidad cristiana de Tierra Santa. Y esto es precisamente lo que muchos cristianos parecen haber hecho…