Dos investigadores universitarios de Haifa (Israel) han reconstruido los contenidos de uno de los últimos rollos del Mar Muerto aún por descifrar
Hablamos de uno de los últimos dos rollos encontrados en las grutas de Qumran aún sin descifrar y con inscripciones en hebreo no interpretadas hasta ahora. “Poquísimos pergaminos entre los ya descifrados muestran inscripciones en este lenguaje críptico”, explica Eshbal Ratson al diario israelí Haaretz. Hay que recordar, por cierto, que los manuscritos del Mar Muerto han sido ya restaurados y publicados en su mayor parte.
Ambos expertos pudieron descifrar el código del rollo gracias a las anotaciones y comentarios anotados al margen por un escriba que corregía las omisiones del autor original. “El aspecto positivo de estas glosas es que me proporcionaron las pistas necesarias para comprender el puzzle; me mostraron cómo encajar los fragmentos de pergamino”, prosigue Ratson.
Read more:
Magia, sectas, origen de los textos: todos los misterios de los rollos del Mar Muerto
Los documentos más antiguos se remontan al siglo III a.C., mientras que el más reciente está redactado en el 70 d.C., el año de la destrucción del segundo Templo judío a manos de las legiones romanas. Muchos especialistas creen que los rollos del Mar Muerto fueron escritos por los esenios, un movimiento de ascetas judíos refugiados en el desierto de Judea, junto a las grutas de Qumran que dominan la orilla occidental del Mar Muerto, con la ambición de volver a un judaísmo más auténtico.
Como muestra de la singular identidad de este grupo de ermitaños, el rollo restaurado contiene referencias al calendario de 364 días (prácticamente modelado sobre el calendario solar), ya conocido por los investigadores por ser usado por los esenios, en oposición al calendario lunisolar seguido en la práctica religiosa judía de entonces, y aún ahora.
Read more:
El mito de los esenios: no eran una secta esotérica
De hecho, explica la universidad de esta ciudad norisraelí, el pergamino con el calendario presenta “una particularidad importante”.
“El calendario adoptado aún hoy por el judaísmo requiere un gran número de decisiones humanas. Hace falta alguien que observe las estrellas y la luna y comparta sus observaciones, y otra persona capacitada para decidir en comiendo de cada mes y los años bisiestos”. Al contrario, los investigadores han descrito el calendario de 364 días como “perfecto”.
“Dado que este número es divisible por 4 y por 7, las celebraciones especiales (es decir, festivas – ndr) caen siempre en el mismo día. Esto evita tener que decidir, por ejemplo, qué hacer cuando una ocasión particular cae en día de Shabbat, como pasa a menudo con el calendario lunisolar. El calendario de Qumran es inmutable y parece haber encarnado las creencias de los miembros de esta comunidad respecto a la perfección y a la santidad”. Por decirlo brevemente, cada fiesta tiene una fecha fija y ninguna cae en Shabbat.
El rollo revela también, por primera vez, el nombre que los esenios dieron a los días de paso entre las cuatro estaciones. El calendario añade un día especial para cada momento de transición. Es el término tekufah, que en hebreo moderno significa “periodo”. Un vocablo que será utilizado en la literatura rabínica posterior y que se puede encontrar en algunos mosaicos de época talmúdica (siglos II-V d.C.).
Además, se explica en el comunicado de la Universidad de Haifa, el rollo describe dos ocasiones especiales (no mencionadas en la Biblia), que ya estaban en el Rollo del Templo de Qumran: la fiesta del vino nuevo y la del aceite nuevo. Estas fiestas – ya desaparecidas – eran una extensión de la fiesta de Shavuot que celebra el trigo nuevo.
“Según este calendario, la fiesta del trigo nuevo cae 50 días después del primer Shabbat después de la Pascua; la fiesta del vino nuevo se celebra 50 días más arde, y después de otros 50 días se celebra la fiesta del aceite nuevo”, explican los investigadores.
Read more:
Arqueólogos descubren nueva cueva que contiene rollos del Mar Muerto
El rollo menciona también un cierto número de palabras y expresiones que aparecerán más tarde en la Mishnà, la compilación escrita de leyes orales judías, que se remonta al siglo II d.C. y que está considerada como la primera obra de literatura rabínica. “Esto muestra una vez más que muchas de las cuestiones discutidas por los escribas muchos siglos más tarde tenían un origen anterior al periodo del segundo Templo”, concluyen los investigadores.
Estas conclusiones recientes forman parte de un estudio financiado por la National Science Foundation (Isf) y publicado después en el último número del Journal of Biblical Literature (vol. 136, n. 4 – Winter 2017 – pp. 905-936).
Según el comunicado de la Universidad de Haifa, los dos investigadores Eshbal Ratson y Jonathan Ben-Dov están trabajando para descifrar el segundo manuscrito que aún no ha podido ser leído. Es la última parte de uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos de todos los tiempos, hecho casualmente por unos beduinos entre 1947 y 1956 en las grutas naturales que asoman en los farallones del Mar Muerto.
Una duodecima gruta – en gran parte saqueada –fue descubierta en 2017. Un equipo de arqueólogos americanos (de la Liberty University de Lynchburg, en Virginia) debería publicar en breve los resultados de sus investigaciones sobre las exploraciones realizadas en la gruta el pasado mes de diciembre.
Read more:
Conoce uno de los lugares más enigmáticos del planeta: el Mar Muerto
Los 900 manuscritos del Mar Muerto comprenden textos de inspiración religiosa en hebreo, arameo y griego, además de la versión más antigua que se conoce del Antiguo Testamento. Se pueden clasificar estos textos en tres categorías: los libros bíblicos, que reproducen pasajes del Antiguo Testamento; los apócrifos, redactados sobre el modelo de los libros bíblicos, pero excluidos de las versiones canónicas; finalmente los pseudoepígrafes, junto con textos que hablan sobre acontecimientos, prácticas religiosas o conceptos ignorados hasta ahora.
Por Christophe Lafontaine. Artículo tomado de Terrasanta.net