“Soy el perfecto ejemplo del sueño americano”, afirma este diseñador, hoy involucrado en levantar su país con la educación.
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Carlos Campos tiene hoy 45 años y su nombre está entre la lista de diseñadores que la Semana de la Moda de Nueva York. Es un luchador, un “soñador” que hoy puede ayudar a que se desarrolle su país de origen mientras saborea el éxito en la Gran Manzana.
Nacido en Honduras, en la ciudad de El Progreso, al ver los escasos recursos de que disponía su familia decidió escaparse de casa. Su padre era sastre y su madre modista: “Llevaba la ropa muy cuidada y planchada, pero no podían darme dinero ni para comida“, recuerda. Viajó a pie y haciendo auto-stop durante tres meses por Guatemala y México, hasta llegar a Estados Unidos. Tenía entonces 13 años y sus padres lo dieron por muerto.
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Trabajando en una sastrería a los 15 años
Al cruzar la frontera con Estados Unidos, fue detenido y dado en adopción en Miami (Florida). Sin embargo, volvió a escaparse, esta vez atendiendo a un hombre que le recomendó: “Todos los soñadores están en Nueva York. Te tienes que ir ahí”.
Una vez en Nueva York, a los 15 años encontró trabajo en una sastrería de Brooklyn. Se esforzó por compaginarlo con los estudios y por las noches iba a la escuela, hasta que obtuvo la titulación. Así es como pudo acceder al Fashion Institute of Technology y a los 22 años obtuvo la graduación. Pero es que antes, ya a los 19, había creado ya su primera empresa.
Al salir de la Universidad inauguró su atelier y su fama ha ido in crescendo. Destaca por elaborar una ropa masculina elegante y sobria, casi minimalista.
A sus desfiles acuden famosos como Whopi Goldberg y entre los celebrities que visten su ropa se cuentan Ricky Martin, Justin Timberlake o Ethan Hawke.
“Todos nos merecemos una oportunidad”
Carlos Campos no olvida en absoluto su pasado, al contrario. Se siente muy cerca de los dreamers, en situación ilegal: “Yo viví esa situación muchísimos años, y sé lo que es no poder viajar (por no tener documentos), y el deseo de querer crecer y tener limitaciones no porque no eres capaz, o porque no tienes la inteligencia o la sabiduría o la educación, sino porque hay una huella que te está marcando”, explicó esta semana a la agencia de noticias Afp, minutos antes de su desfile.
“Todos nos merecemos una oportunidad”, asegura el diseñador.
11-S: de nuevo empezar de cero
La lucha ha tenido que ser una constante en su vida. El 11 de septiembre de 2001, el fatídico 11-S, iba a celebrar su primer desfile y todos sus ahorros estaban ahí. Hubo que volver a empezar de cero, aunque la experiencia acumulada hizo que se duplicaran las ganas de trabajar en lo que realmente sabía que le interesaba.
Hoy, cuando Carlos Campos ya es un consagrado en los circuitos de la moda, muestra con orgullo sus raíces latinas. La colección que presentó tiene abundantes referencias a la cultura mex, es un homenaje al añorado cantante Juan Gabriel y en algunas prendas como camisas abundaban los detalles de mariachi.
El potente recuerdo de su madre
“Mira qué bonito que vas”, le decía su madre al ponerse la camisa recién planchada, “y eso me dio estima”, recuerda ahora Campos. No quedó solo en un detalle para la melancolía sino que le sirvió recientemente para poner en macha el programa “Una camisa para Honduras”, con el que llegó a distribuir 3.300 camisas blancas a niños escolarizados en su país de origen.
“Ha tenido tanto éxito que hay gente donando telas, nos van a donar la costura y va a ser sostenible. Eso es lo lindo. Cada uno pone su granito de arena, y los demás empiezan a sumar y podemos construir algo”, dijo el diseñador a Afp.
Además, el año pasado en Tegucigalpa, la capital del país, puso en marcha el taller de diseño de moda Carlos Campos y la carrera especializada en Diseño de Modas en la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), institución privada hondureña. Estos estudios ya cuentan con 97 alumnos.
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