El famoso cuadro de Caravaggio después de cuatro siglos regresa virtualmente al Vaticano
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Del 19 a 21 de febrero, en los cines italianos se lanzará la película “Caravaggio. L’Anima e il Sangue (El Alma y la Sangre), donde por primera vez después de cuatro siglos el cuadro de la Madonna con el niño y Santa Ana (Madonna de los palafreneros) regresa a la Basílica de San Pedro. Se trata de un cuadro de Caravaggio, pintado en 1605, por encargo del cardenal Scipione Borghese, sobrino de Papa Pablo V.
Lo que hasta hoy solo podríamos haber imaginado a través de las crónicas históricas, “vive” en esta película de arte sobre “Caravaggio”, producida por Sky y Magnitudo Film en colaboración con Vatican Media. Gracias a una operación sin precedentes, será posible admirar la famosa Madonna de los palafreneros de Michelangelo Merisi, conservada en la Galleria Borghese de Roma, en el lugar donde originalmente se pretendía: el Altar de San Miguel Arcángel en la Basílica Vaticana, junto al Baldaquín de Bernini.
La reubicación virtual del gran lienzo, de casi tres metros de altura y dos de ancho, es el resultado de un trabajo extraordinario, obtenido a través de la creación de una serie de fotografías a 360 grados del Altar, sobre las cuales el modelo fue posteriormente aplicado digitalmente a la imagen de la pintura.
El resultado es sorprendente y emocionante. Es como ser transportado en el tiempo hasta el 8 de abril de 1606 cuando Caravaggio, “feliz y satisfecho”, como declaró en la única declaración escrita en su mano que lo recibió, entregó el trabajo a la comisión de la Archicofradía de los palafreneros ( o Palafrenieri) de Sant’Anna. Pero, la decepción debió haber sido considerable para el pintor cuando se enteró que su amada creación había sido rechazada.
La pintura, de hecho, permaneció en el altar de San Michele Arcangelo en la Basílica de San Pietro sólo un mes; rápidamente desapareció. Scipione Borghese se aprovechó de la polémica y compró el cuadro a buen precio y hoy hace parte de la colección de obras de la Galería Borghese, donde está ubicada actualmente.
Se trata de una representación de la Virgen. La alegoría de Caravaggio está inspirada a la narración del libro de la Génesis que cuenta la enemistad natural entre la mujer, su estirpe y la serpiente. El niño está descalzo y también se aprecia a Santa Ana, madre de María, en la oscuridad. El niño Jesús se acerca ligeramente a la serpiente, y con su pie da fuerza al pie de la Virgen para aplastar la cabeza de la serpiente; el mal.