Una de las mejores canciones de Pop con un gran contenido espiritual
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Sinnerman, ‘pecador’, te atrapa desde el mismísimo comienzo, con un piano que repite un mismo lick mientras una caja lo interrumpe a un ritmo frenético, que tarda algunos momentos en alcanzar la velocidad del piano.
Desde esta base, Simone teje la historia de un pecador que busca refugio en el día del juicio final, a medida que la música continúa creciendo y creciendo con cada verso, hasta que Simone canta, como plañendo:
“Corrí hacia el diablo, que esperaba a todos aquel día. Grité ‘poder’.
Luego la canción se envuelve en un bucle de gritos de ‘power’, poder, corrompida por el acto que narra; así continúa durante casi un minuto, dando énfasis a la gravedad de la elección.
La canción continúa con solos virtuosos de piano de la “gran sacerdotisa del soul”, que toca con toda la emoción que podría evocar el día del juicio final. Es imposible no quedarse enganchado hasta la ultimísima nota.