En un pueblo lejano, perdido de Colombia, llegaban al Hogar Sirena, en la Sierra Nevada de Santa Marta, niños indígenas de la comunidad arhuaca. Caminaban de una a tres horas con el estómago vacío hasta que llegan allí para comer la deliciosa y nutritiva sopa de pollo, patata, habas, yuca y plátanos del padre Juan.El padre Juan Jesús Guinart, sacerdote valenciano de la orden capuchina, llegó a Colombia hace más de 50 años. Cuenta que creció sin sopa durante la posguerra, vio el hambre en su casa y en la del vecino, y cruzó el Atlántico con una misión: que nadie pasara hambre a su alrededor.
Para muchos de esos niños, la sopa del padre Juan representaba la única comida del día. A continuación, una invitación a descubrir las cualidades nutritivas de un alimento que se ha caracterizado por transformar rostros cansados en sonrisas.
¿Qué nos aporta la sopa?
Su aporte puede variar de acuerdo a sus ingredientes y forma de elaboración. Normalmente la del padre Juan lleva pollo, yuca, plátano, papa y habas, por tanto, nos aporta minerales, vitaminas, proteínas y rica en agua lo que favorece la hidratación.
- Yuca, es un tubérculo similar a la patata o papa, muy rico en hidratos de carbono complejos, con pocas grasas y con gran cantidad de vitamina C y vitamina B6. Ideal en situaciones que requieren de un gran desgaste físico y mental (como estos niños), ya que es perfecto en niños en crecimiento y para adolescentes en desarrollo.
- Plátano, fruta de alto valor nutritivo, energético, rico en potasio, y en vitaminas A, C y K, bajo en grasa.
- Pollo, aporta las proteínas, en cuanto a grasa la pechuga es el corte del pollo que menos grasa tiene, le siguen las piernas y las alas que aportan mucha grasa y poca carne. Se destaca por la presencia de ácido fólico y vitamina B3 o niacina. Entre los minerales, el nivel de hierro y de zinc es menor que en el caso de la carne roja.
- Patata, un alimento rico en hidratos de carbono, contiene un alto porcentaje de agua (75%- 80%), su materia seca está constituida por almidones, azúcares y proteínas (aporte bajo). Además, nos aporta minerales tales como el potasio y el magnesio.
- Habas, pueden encontrarse frescas (como verdura) o secas (como legumbre) son muy completas y nutritivas, debido a su contenido en vitaminas A, del grupo B (B1, B2, B3, B6, B9), C y por los minerales que posee, destacando en particular el hierro, calcio, fósforo, potasio. Como legumbres son una fuente sana y completa de proteína vegetal combinada con cereales.
¿Qué errores podemos estar cometiendo a la hora de prepararla?
- Fuego alto hasta que hierve: si lo haces, el líquido queda muy concentrado, lo mejor es hervir a fuego lento o medio.
- Colocas todos los vegetales al mismo tiempo: ten en cuenta que algunos vegetales se cocinan mas rápidos que otros y por tanto al ponerlos todos a la vez, corres el riesgo de que algunos queden demasiado blandos y otros muy duros. Recuerda los tubérculos deben ir primero y por último los de hoja.
- Le añades mucha sal: tanto la sal como las especias es recomendable agregarlas al final de la cocción, es una estrategia para no pasarte.
- Se te sobre-cocina la pasta: lo ideal es añadirlos entre unos 10 a 15 minutos antes de terminar de cocinar la sopa.
- Le agregas poca agua o caldo: la cantidad que le agregues debe ser la suficiente de acuerdo a la duración de la cocción, puedes utilizar agua o algún caldo que hayas elaborado en otro momento que te quedará con mejor sabor la sopa.
Podemos preguntarnos, pero ¿una simple sopa basta para cubrir las necesidades nutricionales de estos niños? Pues no, pero seguramente les es suficiente para realizar al menos sus juegos y actividades diarias.
Probablemente pudieran estar un poco desnutridos, pero al menos esta sopa les ayudaba a mantenerse diariamente un poco mejor, y cuando llegaban con sus rostros cansados de esa caminata, el olorcito a esa deliciosa sopa le sacaba una sonrisa.
¡Qué nunca falte una rica sopa en los hogares! Y no olvides compartirla también con quien lo necesite, que seguramente te regalará una sonrisa.